Sans se encontraba recargado fuera del MTT Resort, y pese a ser un lugar con constante ruido y llamativo con sus infinitas luces cuyo dueño del lugar le gustaba exagerar a lo extremo, nada de ello lograba sacarlo de su trance de más de una hora.
Lo cierto es que había decidido llegar mucho antes para evitar quedarse dormido y faltar como la última vez, además de poder aclarar bien su mente antes de estar a solas con la humana con un tema de conversación ya pendiente.
Todo lo ocurrido lo carcomía por saber realmente qué estaba ocurriendo y su lado científico le exigía obtener respuestas, pero por primera vez tenía miedo de conocer la verdad abiertamente. La verdadera identidad de la flor, el poder de controlar las líneas del tiempo... eran cosas que le preocupaban, pero no como aquello que lo estaba atormentando desde hace tiempo.
Le aterraba saber si la humana era de fiar o no.
Era más que consciente de que era peligrosa. Alguien con la capacidad de seguir adelante sin poder ser detenida ni con la misma muerte, además del poder resetear una y otra vez el tiempo jugando con todos los integrantes del subsuelo, no era un ser que podía tomarse a la ligera en ningún momento.
Y pese a conocer su lado genocida, también conocía aquel lado por el cual todos se habían encariñado en la línea del tiempo que se encontraban ahora. Una joven fuerte, lista, decidida, bromista, coqueta... y con una gran determinación.
Suspiró inconscientemente tras ello. Esa bipolaridad lo mantenía en alerta siempre con ella, y quería acabar con eso de una vez por todas. Al menos quería aferrarse a una sola idea en concreto en vez de estar en la incertidumbre de dos facetas distintas en ella.
Revisó su celular una vez más. Hacía una hora que habían acordado en verse afuera de donde se encontraba en ese preciso instante y que había logrado convencer a su madre de poder ir sola ahora que el peligro había acabado. Eso les facilitaba demasiado las cosas.
No tardaría en llegar ya, por lo que despejó su mente antes de que la verdadera tortura empezara. Cosa que no pudo lograr debido a que la había visto acercarse demasiado pronto para su gusto, y para el colmo para él, no venía sola.
-Hola, Sans –le sonrió en cuanto estuvo cerca.
Llevaba nuevamente su suéter rayado pese a no necesitarlo más (ya no era una niña después de todo), pero sus ropas nuevas habían sido destruidas y había sido un buen momento en volver a su cómoda ropa vieja.
-Ya hablé con Mettaton sobre las reservaciones –Alphys se acomodó los lentes un poco nerviosa –Me adelantaré para saber cuál es nuestra mesa.
Sin que nadie pudiera contestarle, ella ya se había metido con prisa. Sans la siguió con la mirada tranquilamente, pero era evidente para la reptil que no le agradaba del todo verla ahí y la ponía nerviosa eso. Una vez solos, el esqueleto por fin habló.
-Hey –Sans continuaba manteniendo su sonrisa serena –Así que te dejaron venir sola como dijiste ¿eh?
-Fue la única manera de tuve para convencer a mi madre de dejarme venir sin ella –Frisk comenzó a jugar con su cabello ya alborotado por los nervios –Convencí a Alphys de que fuera ella quien me acompañara, sobre todo porque necesito hablar con los dos. Lo siento por no haber avisado.
Aunque hubiera escuchado su explicación, Sans se había perdido un poco en sus pensamientos tras ver cómo la humana revolvía su cabello. Ese gesto de su parte era nuevo para él y le era un tanto extravagante y divertido.
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Osado corazón (Undertale)
FanficFrisk está harta de lo mismo una y otra vez, por lo que decide hacer lo correcto para salvar a todos. No contaba con la nueva ruta que surgiría ante su decisión. *Ganadora del segundo lugar en AwardsTale2020, en la categoría Undertale*