Frisk se encontraba muy contenta recorriendo el camino a mano con su oficial madre adoptiva. Se había despedido de todos muy risueña y prometiéndoles a todos que muy pronto los visitaría. Y aunque todo fuese color de rosa en ese momento, Frisk no dejaba de pensar de que algo se le estaba olvidando, mas no le dio suma importancia.
Sabía que esto era completamente nuevo, por lo que la incertidumbre de lo que estaba ocurriendo la llenaba de emoción e intriga de lo que pudiese ocurrir de ahora en adelante. Tras ver que en el subsuelo había obtenido realmente lo que tanto había anhelado por años y que la superficie nunca le pudo dar, estaba más que determinada a atesorar lo que tenía ahora y seguir adelante con su vida.
Si, había decidido no reiniciar nunca más.
Mientras caminaba rumbo a las ruinas, se preguntaba a si misma qué había pasado con aquella voz que tanto la había atormentado en toda su aventura. Aunque fuese algo reconfortante el no percibirla más, no había duda de que se había acostumbrado a su presencia.
Chara... aquella demonio que se manifiesta cuando mencionan su nombre... eso era lo que le había dicho la primera vez que se percató de su presencia.
-Cuando lleguemos date un baño para que puedas dormir tranquila –dijo Toriel aun de la mano –Llevaré a tu cuarto tu cena mientras tanto. Hay mucho que hacer ahora que definitivamente te quedarás.
-No quiero causar muchas molestias –dijo apenada.
-No es ninguna molestia, mi niña, al contrario, me haces muy feliz de que te quedarás –Se detuvo un poco para volverla a abrazar. Cada vez que lo hacía, Frisk sentía como si un gran peluche le estuviese abrazando, cosa que se sentía muy cálido para ella. –Pondré en marcha el horario de tu educación y también veré la manera de poderte conseguir más cosas y...
-¿Cómo reina no tienes beneficios?
-Sabes de antemano que ya no soy la reina.
-Sí, pero... -titubeó- ¿No se tiene de alguna manera herencia o algo así?
-Para asegurarme de que no me siguiera nunca más Asgore, tuve que renunciar a todo, más allá de mi título real –dijo con un aire melancólico.
Las palabras nunca habían sido el fuerte de Frisk, por lo que no sabía que decir ante eso. Notaba que había tocado un tema ligeramente delicado, así que no insistió más con ello. Pero aún quedaba un detalle por arreglar.
-Yo puedo trabajar para mí, no tienes que preocuparte por eso.
-No mi niña, no hay necesidad de eso.
-Claro que sí, no quiero causar un problema, además, será divertido.
-Eres muy joven para trabajar.
-Claro que no, ya puedo hacerlo –dijo satisfecha y orgullosa de sí misma.
Toriel no insistió más, sabía que cuando se le metía una idea determinada, nada lograría sacarla de su cabeza, por lo que terminó sonriéndole dándole el visto bueno a su decisión.
Una vez llegando a las ruinas, y a su ahora hogar, se encaminó a tomarse un baño tal y como le había dicho su madre. Había sido un buen consejo, ya que la había relajado bastante. Se puso una blusa de Toriel que le quedaba lo suficientemente largo que fácilmente era una pijama para ella y se dirigió a su cuarto, donde fue recibida por el dulce aroma de la canela de la rebanada de pie de canela y caramelo que la esperaba a lado de su cama.
Se sentó en su cama estando cerca de comérsela cuando un sentimiento de alerta la detuvo. Dejó el plato en su mesita y miró atentamente a la oscuridad de su cuarto.
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Osado corazón (Undertale)
FanfictionFrisk está harta de lo mismo una y otra vez, por lo que decide hacer lo correcto para salvar a todos. No contaba con la nueva ruta que surgiría ante su decisión. *Ganadora del segundo lugar en AwardsTale2020, en la categoría Undertale*