Osado corazón (Undertale)

Cap 8. Entorno blanco

Frisk se acercó a sus amigos animadamente tras sentir que las cosas ya estaban en calma. No pudo evitar terminar corriendo hacia su padre adoptivo para abrazarlo con gran regocijo, el cual le correspondió de igual manera.

-Te prometo ver la manera de mejorar las cosas, ya lo verás -le susurró.

-No te preocupes por eso -dijo Asgore, aunque no pudo evitar suspirar anhelando lo que le decía.

En lugar de despedirse del resto, decidieron acompañarla en su tramo para no dejarla completamente sola y dejando al soberano en sus aposentos. Sin embargo, este se encontraba con pensamientos invadiéndolo a tal grado de espantarle completamente el sueño. El ya era consciente de que reaccionaría así su ex mujer en cuanto mencionara públicamente que la había adoptado, por lo que ese había sido el menor de sus problemas en realidad.

No, lo que realmente le carcomía el alma era lo que le había mencionado durante la pelea. 

"Se repetiría la historia..."

Tras todos estos años, se había dispuesto a ignorar que alguna vez ya había adoptado a una humana tras el dolor de esa misma especie que tanto le había causado daño. Su ira le había ayudado incluso a olvidar su nombre en todos estos años, y eso en definitiva lo hacía sentirse peor. Pero su nueva hija le había hecho recordarla y el sufrimiento que le trajo en cuanto enfermó al grado de morir.

Chara... la esperanza del subsuelo. ¿No era eso lo que decía en aquellos tiempos? ¿En verdad se estaba repitiendo la historia? Si algo le quedaba muy claro, es que no quería que pasara lo mismo, era muy doloroso el haber perdido a sus dos hijos en una sola noche y luego a su mujer en un instante. Se había quedado tan solo en su dolor que este mismo se formó en la ceguera total de su mayor locura: declararle la guerra a una especie que seguramente los haya olvidado con el pasar de los tiempos.

Ahora tenía a Frisk, una humana con gran corazón y determinación que no dudó en ningún instante el tenerla como hija. Aquella sonrisa inocente le ayudaba a olvidar, aunque sea en un instante, todos sus males y a tener nuevos objetivos en su vida. 

Aunque en el fondo sentía que no merecía ser nombrado padre, si este había pasado ya por su fracaso total llevando tal cargo. No había podido proteger a su familia, no podía vengarlos... No podía tener el perdón de su amada nunca... 

Asgore puso sus pesadas manos en su rostro lamentándose en silencio. ¿Qué clase de padre sería para Frisk entonces? Reconocía en su interior el miedo que le causaba fracasar nuevamente. No solo no contaba con la compañía de Toriel para eso, sino que tendría una responsabilidad dividida con ella, algo completamente nuevo e inusual en el subsuelo. Los monstruos al estar hechos de amor, era un tabú el considerar que se podía separar una pareja dado que les era imposible pensar que algo así pudiese pasar.

El amor es algo eterno después de todo para un monstruo. 

Levantó la mirada un tanto desganado, después de todo tenía que prepararse para dormir ahora. Sin embargo, un dibujo colorido acaparó su vista en cuanto ésta estuvo despejada de sus peludas manos. Una flor amarilla que le había hecho su hija hace muchos años y que había guardado con mucho cariño.

"Ten papi, a ti te gustan las flores".

Una ligera risa salió del gran monstruo jefe ante el recuerdo, y como si se tratase de una señal positiva, se levantó dispuesto a seguir adelante con esta nueva vida que se le presentaba. Sería un gran padre.

Y esta vez, no fallaría.

...

Entre bromas y juegos, el grupo continuó caminando hasta separarse llegando cada uno a sus respectivas casas. Una vez estando en Snowdin, Frisk con un ademán de la mano se despidió de los esqueleto y se dispuso a dirigirse hacia las ruinas.  No había notado que estaba comenzando a nevar, por lo que apresuró el paso mientras se abrazaba a si misma para darse calor.