Desperté como si un camión me hubiese pasado por encima, no podía ni siquiera moverme de la cama, además me dolía muchísimo la cabeza. Nunca me fue muy bien con las mudanzas, jamás fui una persona ordenada, entonces siempre se me complicaba un poco más de lo normal. Cuando vi a mi hija organizando sus cajas con su nombre incluído agradecí que no heredó mi personalidad.
—Buen día mamá —me dijo con una sonrisa, se acercó y me abrazó— Escuchame, ya terminé de guardar todas mis cosas y las voy a dejar en el pasillo para que las saquen los de la mudanza, simplemente me falta una caja para guardar los cuadros que tengo colgados y estoy lista
—Que rápido, felicitaciones —sonreí
—¿Necesitas un poco de ayuda? —preguntó y miró su reloj— puedo suspender mis planes y darte una mano, acabo de pasar por tu habitación y tienes bastantes cosas pendientes. Cuando llegue papá a casa, voy a salir a dar una vuelta, así me ahorro el discurso de reclamo mientras hace todo por tí —solté una sonrisa y la abracé— ¿Siempre conseguiste todo lo que propusiste mamá? —preguntó completamente de la nada
—¿Cómo es eso? —salí de la cocina con el único vaso que teníamos disponible para tomar algo —me senté en el sillón y miré hacía todos lados— que desastre por favor, me gustaría ser un 10% más ordenada, de más joven tu tía Bella se encargaba de mi desorden todo el tiempo
—Deberías fingir que es parte del trabajo, creo que es la única manera para que lo hagas bien —agregó con una sonrisa— no respondiste mi pregunta —entonces la miré sin entender lo que realmente quería saber— ok, espera. —se puso de pie y salió corriendo por el pasillo, aun me dolía mucho la cabeza como para lidiar con las preguntas de mi curiosa e inteligente hija— Primero tienes que prometer que no te vas a enojar conmigo
—Ok —dije riendo
—No, espera. Prometelo —me dijo con una sonrisa, era mi debilidad por completo
—Lo prometo —sonreí
—Bueno, hace unos días cuando empezamos lo de la mudanza y me pediste que fuera al ático para bajar tus cosas, se me cayó una caja al piso, entonces las cosas que estaban dentro volaron a todos lados y bueno encontré tus escritos personales —cuando dijo eso se me detuvo un poco el corazón— estos días estuve leyendo algunos —abrió una mochila y me dio uno de mis diarios— primero pensé que eran tus bitácoras de trabajo por la forma en como escribes pero después me di cuenta que son una especie de diario de vida, ya sé que está mal y que son tus cosas personales
—¿Los leíste todos? —pregunté sorprendida
—No, porque sentí que estaba traicionando tu confianza —me dijo arrodillada en el piso, yo estaba en el sillón y se acercó a mí con una sonrisa— ¿Estás enojada?
—Un poco, son mis cosas. Yo nunca me he metido en las tuyas —tomé la mochila y había un montón— ¿Cuáles leíste?
—No lo sé, no los leí en orden, algunos solo se trataban de estrategias políticas que no entendí nada, otros eran un poco más divertidos sobre tus aventuras con la tia Bella, pero no leí todo en orden, perdóname —dijo con una sonrisa, me quedé en silencio y simplemente la miré— Está muy mal, lo sé.
—No debiste hacerlo —dije un poco triste
—Prometiste no enojarte —me dijo sonriendo, entonces simplemente la miré, era cierto, se lo prometí— hay una cosa más que necesito preguntarte, en unas páginas que encontré estabas hablando con un amor que te reencontraste después de un tiempo, lo describiste como el desafío más grande de tu vida todo lo que estabas haciendo con él, pero, luego comenzaste a sufrir y... en todos esos libros tu... Mamá, lo que me digas en este momento va a quedar entre nosotras, no tienes que preocuparte. ¿Estás hablando de mi papá o es otra persona?

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Cardigan
FanficDos ex novios que se reencuentran en el momento más importante de sus carreras tienen que lidiar con su tormentoso pasado para sacar adelante la campaña política de Lanzani, un joven economista prometedor que busca alcanzar la presidencia.