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• Leila • 🔞

- Contéstame ¿y eso? - le volví a preguntar.

- No es mío

- Eso espero... ¿y por qué lo tienes ahí?

- Se lo estaba guardando a un amigo.

- Yuos, invéntate alguna excusa buena.

- Es que te estás haciendo la que no sabes.

- ¿Cómo? ¿Por qué dices eso?

- Estás viendo coca, que no es ni para mí ni para un amigo, un fajo de billetes grande y ¿no sabes de qué es?

- ¿Estás vendiendo?

- Sí.

- Ten cuidado tú con eso.

- Ya sé.

- ¿Y por qué... - me interrumpí - es una pregunta, ¿por qué en vez de vender no buscas algún trabajo?

- Soy moro, no me quieren para ningún trabajo, ¿o tú te piensas que no he echado currículum?

- Oh, ¿y yo que sé, mi niño? Mira este

- ¿"Mira este" que?

- Hablando mal, por la cara.

- No te hable mal, solo que es una conversación que la tengo todos los días, y me tiene hasta la polla.

- Pues yo no sé, me acabo de enterar ahora, y háblame bien que yo una cualquiera no soy, a mí no se me falta al respeto, y menos en mi casa, no te confundas tú.

- Te hablé de mala manera por eso, tampoco te falté al respeto... - lo interrumpí con un beso.

- Cállate ya, tío, no quiero discutir contigo, así está bien, si así te ganas la vida me parece perfecto, ya está, cállate.

- Me sacas de mis casillas, ¿eh? - me dijo con una sonrisa mientras se ponía encima mía.

- ¿Ah, sí?

- Sí... - se relamió los labios - te pegaría una follada aquí y ahora - me besó en el cuello sensualmente.

- Está mi hermano - le avisé.

- ¿Y qué tiene? - me preguntó mientras se levantaba para cerrar la puerta con llave.

- Voy a hacer ruido.

- Así no - posicionó su mano en mi boca mientras me manoseaba mis pechos por debajo del pijama.

Quitó mi camiseta y pantalones, dejándome en tanga.

- Un rapidín, ¿eh? - le propuse.

- ¡Ay! No me hagas sufrir así, que yo te quiero comer poco a poco.

- Pues esta vez te vas a tener que dar un poco de prisa - le informé mientras me terminaba de desnudar.

Nos besamos, él rozaba parte de su pantalón con mi intimidad, no aguanté más y me metí dedos, se dió cuenta y empezó a jugar con mis pechos mientras miraba embobado lo que yo estaba haciendo. Me agarró de la mano y se llevó mis dedos a su boca, mirándome fijamente, puso otra vez su mano en mi boca y comenzó a comerme el coño mientras me introducía el anular y el corazón. Cuando estaba a punto de correrme, lo agarré del pelo, pegándolo más a mi feminidad, entendió lo que estaba pasando y lo hizo mucho más rápido hasta que llegué.

- ¡Qué rico...! - exclamé en un susurro - vamos al baño.

- ¿A cuál?

- A este - le señalé una puerta en mi cuarto.

- Vamos.

Nos diriguímos hacia allí, él se lavó las manos y la boca, yo me sequé mi parte íntima y también me lavé las manos. Antes de que saliéramos me arrodillé ante él, me parecía injusto que solo yo recibiera placer.

- Ahora te toca a tí - dije con tono seductor mientras le bajaba los pantalones y masajeaba su pene para que se le parara.

Cuando lo noté duro le bajé los calzoncillos grises de Calvin Klein para chupársela, empecé en la puntita como siempre, él ya me tenía agarrada del pelo, poco a poco me la metía en la boca, antes de hacer garganda profunda, lo masturbé.

- ¡Oh, si! ¡Qué rico, mami!

No lo pude evitar y de nuevo me metí dedos.
Hice garganta profunda y ahí dejé que él marcara el ritmo que más le gustaba.

- ¡Ash, qué rico! ¡Qué bien me la chupas!

Se había dado cuenta que me gustaba que me hablaran sucio, por eso no paraba de hacerlo mientras me miraba a los ojos con una sonrisa pícara. Se corrió en mi boca y obviamente me lo tragué, de nuevo nos limpiamos y nos pusimos en mi cama.

Confusión {Beny Jr}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora