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Leila

Estaba en comisaría y me vi a Beny con un amigo.

- ¿Qué haces aquí? - le pregunté.

- No, nada, que me detuvieron por la cara.

- Por la cara no fue - dijo su amigo.

- ¿Qué pasó?

Tapé la cámara y el micrófono de mi pecho.

- Por ir a 180 - explicó mi novio.

- Te vas a gastar todo tu dinero el multas, Moha.

- No, pero... joder, si no creo ningún accidente... no lo entiendo.

- Lo bueno es que no te diste a la fuga.

- No, esta vez paramos porque este hombre de aquí se puso de pesado y al final paré.

- Pues bien, porque la multa por fuga es carísima.

- Leila, vente con Lionel a la 9, avísalo y que venga - me ordenaron por el walkie.

- Voy - contesté - tengan cuidado, chiquillos, y tú - le puse mi dedo en la frente - no te estés metiendo en líos.

Me fui a llamar a Lionel para que viniera conmigo a la sala de interrogaciones.

Entramos y vimos a un hombre de unos 35 años sentado siendo interrogado.

- Quédense ustedes dos con él, Leila, tú pregúntale y Lionel, escribe todo bien redactadito.

- Vale - contestamos y nos sentamos.

- ¿Cómo te encuentras? - le pregunté el hombre.

- Es que yo no hice nada, yo no debería estar aquí.

- Vale, vale, te explico, mira, nosotros te vamos a hacer preguntas, y tienes que contestar con sinceridad, ya que si mientes nos daremos cuenta por la máquina, y también porque la persona que tengo mi derecha es experta en lenguaje corporal. Yo no tengo nada en tu contra ya que básicamente no sé lo que hiciste, ni si quiera como te llamas.

- Me llamo Antonio.

- Hazme un resumen de lo que te pasó.

- Estaba tranquilo en mi casa y vino la policía con una órden, me metieron en el coche, avergonzándome delante de mi familia, y aquí estoy.

- Te aseguro que mis compañeros no quisieron avergonzarte, lo hicieron porque si usted, por ejemplo, a cometido un delito, lo tienen que arrestar.

- Claro.

- Me imagino que le habrán dicho el por qué lo mandaron aquí.

- Sí, me acusaron de traer drogas desde Palma de Mallorca hasta Barcelona.

- ¿Qué tipo de sustancias?

- Heroína, cocaína, hachís, marihuana... de todo, básicamente.

- Vale, ¿y es eso cierto?

- No, claro que no, yo trabajo en la construcción, y mi mujer es camarera, vivimos en un barrio obrero, si yo vendiera droga viviría en un chalet, no en un bloque.

- Cuénteme sobre lo que le digo la policía.

Me empezó a explicar, al final, sin darse cuenta, se delató el mismo y a dos personas más.

- Vale, entonces ya tenemos su testimonio aquí.

- ¿Y qué me va a pasar?

- Se va a ir a calabozo hasta que hablemos con el juez y tomemos una desición.

- ¿Qué? - me gritó mientras se levantaba de la silla - ¿y mis hijos? Mi mujer sola, con su sueldo no puede.

- Nosotros la ayudaremos, quédese tranquilo que ella y sus hijos van a estar bien.

- No, ustedes lo que me quieren es encerrar sin motivo alguno, solo porque son policías, y les pagan por tocarse los huevos y joder a la gente.

- Antonio, usted aún no está encerrado, pero ha dicho cosas contradictorias, entonces nosotros tenemos que intervenir, no se preocupe por nada, todo va a estar bien.

Lionel, la experta en lenguaje corporal y yo salimos de la sala, dejándolo encerrado en ella.

Volví a comisaría ya que me llamaron y vi a Beny mirándome. Escuché pasos viniendo hacia mí, me di la vuelta y en un abrir y cerrar de ojos estaba debajo de Antonio, me intentaba pegar, incluso me dió un golpe en la barbilla, rápidamente saqué mi pistola y le disparé en la rodilla, pudiéndolo sacar de encima mía, Beny me dió la mano y me ayudó a levantarme.

- ¿Qué pasó?

- No sé - respondí.

Guardé mi pistola y me quedé mirando lo que pasaba.

- Por la cara todo - dije.

- ¿Estas bien? ¿Te dió?

- No, no, mi amor, todo está bien, me dió un golpe solo, ¿a tí te van a soltar?

- Sí, justo acabo de pagar, ya me voy.

- Vale, esta noche a las once en mi casa - le dije y se fue.

Confusión {Beny Jr}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora