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Leila •

*Dos meses más tarde*

Volvimos el Morad y yo junto a otro chico a la cárcel para visitar a Beny, fuimos a las cuatro y nos dijieron que las visitan eran de cinco a siete, nosotros ya habíamos cogido confianza, así que decidimos ir a comer un helado los tres.

- Una pregunta - me dijo Rogelio, el chico con el que veníamos.

- Dime

- ¿Tú que relación tienes o tenías con el Beny?

- A ver, la seguimos teniendo, lo que ahora no tanto porque como no está libre.

- Claro

- Pero... no sé, somos como novios pero sin ser algo serio.

- Follamigos con sentimientos.

- Algo así - reímos.

- ¿A que tiene buen gusto Beny? - preguntó Morad.

- Pues sí, Koa, eres montón de guapita.

- Gracias - sonreí.

- Eso mismo, joder, yo sabía que algo te tenía que decir pero no me acordaba de que era. - dijo el Koala con las cejas alzadas.

- ¿El qué?

- ¿Te acuerdas la primera vez que lo fuimos a visitar?

- Sí

- Que pasó lo del tío ese que se pelearon.

- Joder, como para no acordarme.

- Pues Beny dijo: "¿Qué haces tocándole el culo a mi novia?".

- Sí, yo también me quedé pensando.

- Él ya te cree su novia, si dijo eso es por algo - Me informó Roge.

- Es que no sé, todo es muy contradictorio porque él me dice que no quiere nada serio, y supongo que muchos menos ahora - di mi opinión.

- Cállate, Leila. El Beny es un falso, se las da de maliante pero, ¿no ves come te mira? Hoy fíjate PimPam, para que te des cuenta, tú sabes que para los problemas es callado pero los ojos nunca mienten. - comentó Morad.

- Ah, ¿Tú eres PimPam? - le pregunté a Rogelio.

- Claro, ¿no lo sabías? - negué.

- Vámonos ya, que son las 17:20.

Llegamos a las cárcel a las 17:30, vimos al hermano de Beny salir.

- Ese Issam - se saludaron.

- ¿Cómo están?

- Bien, hermano, ¿y esa cara de preocupación?

- Yo no sé como lo hace mi hermano pero cada día tiene la cara más partida y la mirada más vacía.

- Coño, Sultán, es normal, lleva ya 3 meses preso, y con el carácter que tiene él, se tiene que estar peleando fijo.

- ¿Y tú eres... - me preguntó mirándome.

Antes de que pudiera contestar ya se encargaron los chicos de hacerlo.

- Es tu cuñada, ¿a que es guapa? - me presentó Morad.

- Y es buena, también. - agregó Roge.

- Es mentira, son unos mentirosos, no te los creas - le dije mientras me tapaba la cara de la vergüenza.

- Mmmm... ¿tú eres Leila?

- Sí, ¿cómo sabes?

- Mi hermano está obsesionado contigo, siempre que vengo me habla de tí.

- Está bien eso.

- Es un poco antipática, déjala - le dijo Morad.

- No, es que no sé que contestar, no me esperaba que me dijera eso.

- Pero admite que no eres muy simpática.

- A ver, si lo soy, pero cuando ya me conoces, ¿sabes?

- No te juzgo, yo soy igual - reímos con Sultán - adiós, gente, yo ya me voy.

- Adiós.

Cuando se fue y estaba a una buena distancia para que no nos pudiera escuchar, los miré.

- Primera y última vez que ustedes me dejan mal enfrente de mi cuñado, los mato - reímos y entramos a la cárcel.

Confusión {Beny Jr}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora