Luego de que lo metieran en la cárcel, ambos se proponen tener una relación más madura, cosa que se les complicará ya que son polos opuestos, aunque se suele decir que se atraen, ¿o no?
Las cosas cambian y cada uno se ve forzado a vivir su propia vi...
Me desperté cansada, con dolor de cabeza y los ojos inchados, miré el móvil y vi que me había escrito.
* Dos mensajes de Beny 🤍 *
Decidí abrir el chat, me había hablado a las ocho de la mañana, tres horas después de irme.
* Chat con Beny 🤍*
Oye Cm estas? Pdmos hablar?
Dime
Dnd estas?
No no dime por aqui
Quiero verte en persona Las cosas son mejores cara a cara
Anoche estuve pensando Y siempre es lo mismo contigo Estoy harta ya
Podemos hablar?
Dime por aqui
Solo una oportunidad para hablar cara a cara asi no hay malentendidos
Venga
Te espero en donde siempre a las 18 Te parece?
Vale ahi nos vemos
* Fin del chat*
Eran las dos del mediodía, tenía el estómago cerrado pero igualmente comí.
Solo quería acostarme y quedarme tranquila, pero sabía que si hacía eso volvería a llorar, así que me di una ducha, peiné mi pelo, me maquillé guapa y puse música.
Aún quedaban dos horas, así que hice una videollamada con mi mejor amiga, la cual me aconsejó que pensara con mi cerebro y no con mi corazón.
Puse música en mi televisión mientras jugaba con mis gatos. Cuando quedaba media hora me vestí así:
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Me puse muchísima colonia y salí de mi casa.
Lo vi escribiendo por el móvil, aparqué y me acerqué a él, la verdad es que no sabía como saludarlo.
- ¡Qué rico hueles!
- Gracias.
Comenzó a caminar y yo lo seguí.
- ¿Cómo estás? - apretó sus labios.
- Pues mal, ¿cómo voy a estar?
- Yo sé que siempre es lo mismo, y entiendo que estés harta.
- Ya, es que estoy cansada de esto.
- ¿Cómo qué de esto? - frenó en seco.
- De esto, y de tí también.
Tragó saliva y se me quedó mirando creando un silencio incomodísimo para mí. Se le notaba en la mirada que por su cabeza estaban pasando todos los pensamientos malos posibles.
- Yo sé que ya me has dado muchas oportunidades, Leila, pero - lo interrumpí.
- No hay más.
- ¿Y no hay ninguna manera de qué tenga otra?
- Es que yo no quiero palabras, sino hechos.
- Vale, me parece bien.
- Pues bueno, ya me voy.
- ¿No te quieres quedar un rato aquí?
- No - negué con la cabeza - me voy - comencé a caminar pero me paré en seco - ¿sabés qué? - me acerqué a él.
- Dime.
- Anoche estuve pensando en dejarte, pero no lo voy a hacer, algo de mí no me deja. Agredece a ese algo.
- Yo no le tengo que agradecer a nada.
- Ya vas a empezar - suspiré.
- A empezar no, ni que fuera un privilegio estar contigo para tener que agradecer a algo.
- En fin... tú siempre eres el mismo.
- Eres una manipuladora, tú capaz no lo quieres dejar conmigo, pero yo con mujeres tóxicas no quiero estar.
- ¿Qué dices?
- Te dejo, yo no te tengo por qué estar aguantando.
- ¿Tú a mí?
- Sí, yo a tí, no sé como lo haces pero pones a todo el mundo en mi contra, Morad cabreadísimo conmigo, a saber que le contaste.
- Lo que yo sentía anoche, ¿sabes lo mal que lo pasé?
- Lo dices como si yo hubiera dormido esta noche súper tranquilo.
- Pues si no me lo dices no lo sé.
- Normal, si siempre eres tú el tema de conversación.
- Sabes que eso no es verdad
- Yo ya no sé ni lo que es verdad.
- Pues deberías centrarte más y dejarte de - me interrumpió.
- ¿Pero tú quién te piensas que eres? ¿Mi madre, para decirme lo que puedo o no puedo hacer?
- No era mi intención que te lo tomaras así, y no me hables con ese tono.
- Claro, ahora la culpa es mía.
- No estoy diciendo eso.
- Yo me voy a ir.
- Vale.
Caminé rumbo a mi coche, estaba flipando, no sabía que hacer.
