CAPÍTULO CINCO - INCORPÓREO I

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Mihail

La culpabilidad es esa condena intangible que deben pagar quienes cometen errores bajo los efectos irracionales del dolor, que es aplicada por la misma persona al reconocer el daño cometido y transfigurándose en el peor de los castigos para la conciencia porque es la que siempre estará instaurada en los racionamientos más débiles hasta los más fuertes quedando cautivo en sí mismo por padecerla incesantemente hasta que vida tenga.

Es el precio que deben pagar los ofensivos desde el momento en que tomaron una decisión inevitable que estaba justificada con fundamentos personales que los hacían sentirse con completa potestad para soportar las consecuencias que se inmortalizarían por medio de ella.

Aunque una vez que la decisión es tomada, planificada y ejecutada ya no hay vuelta atrás para abolir esa disposición ocasionando una de las más grandes consecuencias que se pueda tener, pero que por más que se busque soluciones inmediatas para reparar el daño cometido hay errores que aun creando millones de alternativas para remediar de cierta forma el agravio cometido nunca, por más tiempo se dedique a solucionarlo, nunca se logrará.

«Soy culpable, culpable de todo, siempre lo he admitido»

Culpable de ser consciente de lo que pasa a mi alrededor, culpable de aun sabiendo los daños que cometen en mi contra no hago nada para detenerlos porque trato siempre de que sea la misma persona que conciba lo que está haciendo mal para que lo solucione por sí mismo ya que el ser humano es la especie de vida más difícil de conocer puesto que cuando considera tener la razón en algo se vuelve ciego, sordo y mudo luchando contra su verdad absoluta hasta que sea esa misma verdad la que destruye su juicio incoherente golpeándolo para que recapacite en lo que está haciendo.

Por eso sigo siendo culpable porque teniendo todo lo que se necesita para hacer una detención del mal elaborado permito que todos suban a dónde quieren subir porque soy admirador de las buenas ejecuciones, aunque esas ejecuciones sean diseñadas para destruirme, pero es que soy amante de la satisfacción que se excede en todo mi ser cuando mis rivales se creen invencibles inspirándome a crear métodos de destrucción más creativos los cuales son los que me han mantenido en una jerarquía superior al que todos creen pertenecer porque sin nefastos no hay buenos, sin buenos no hay sobresalientes y sin sobresalientes no hay extraordinarios que sería en la categoría que pertenecería, pero es que mi supremacía no tiene un rango que pueda medirla.

Es un estatuto de mi vida en la tierra que por más que trato desprenderlo de mis características no lo logro porque disfruto mucho el esfuerzo que le ponen los demás a superarse en la creación de métodos de destrucción motivándome a hacerlos caer cuando me decepcionan como adversarios «Soy quien elige a mis adversarios en mis guerras porque no todos son merecedores de decir que lucharon contra Mihail Mikhailov», aunque sus caídas no me regocijen en los más mínimo puesto que mi regocijo siempre vendrá de ganar mis propias guerras entre mi ello, mi yo y mi superyó.

Si bien debo admitir que en este momento estoy pagando algo que me encanta pagar siempre porque puedo soportar las consecuencias de desgracias planificadas como la mordida en mi brazo de una serpiente que iba dirigida a mi hija, puedo soportar las desgracias circunstanciales como las muertes de familiares que eran importantes para mí, puedo soportar las desgracias conspirativas como las que están creando para adueñarse de lo que pertenece al igual que puedo soportar el sufrimiento de las desgracias que siempre me ha provocado la culpa.

Estoy pasando por las peores desgracias que he tenido en mis treinta y siete años porque me encuentro enfrentando al mismo tiempo cada una de las que me pueden hacer dudar, aunque siempre he sabido que si dudo pierdo por eso persisto siempre tramando tácticas para afrontar lo que pueda abatirme de imprevisto, pero que debido a mis mecanismos de razonamiento consigo teorizar los posibles ataques diseñando medios de defensa y ejecutando en el momento preciso con certeza porque ya tengo previstas las consecuencias que puedan causar mis decisiones.

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