ESTUPOR

CAPÍTULO DIEZ - ÓCTUPLO II

Mihail

Poco a poco ella se me está perfeccionando y no puedo hacer nada para imposibilitar que arme los fragmentos que me he encargado de imperfeccionar de su vida para tenerla seducida a la malicia de moldearla a lo que quisiera hacer con ella cada vez que sus ojos quedaban seducidos en un rictus de mi boca instruido para la inducción mental.

—Señora Eleora, ¿sabe usted lo que es el militarismo económico? — pregunta Jov mirándola con atención.

—No lo sé— responde con su mirada gacha.

—Si lo sabe— gruñe para que levante su mirada— ¿Qué es el militarismo económico?

—Responde, Eleora— demando tocando su mentón para que me mire a la vez que lamo mis colmillos.

—Es el uso del poder militar para la administración de los recursos económicos de un estado, nación o país como estrategia de incrementar el impacto económico de un territorio — responde dedicándole una mirada agresiva con sus ojos rojos.

—Es exactamente a lo que se dedica su marido, crea armas nucleares que sustenta la economía de los países que tiene en su poder, 77 países para ser exactos, todos regidos por sus estrategias de política, economía y militar y tratándose de un hombre como él es necesario que sepa que él nunca dejará de ser un criminal, aunque le exoneren sus delitos en las bases de datos policiales Mihail Lukalovich Mikhailov nunca dejará de ser un criminal puesto que su nombre ya es conocido en los grandes consejos de estados, los cuales por muchos años se han sustentado de su cerebro— suelta ligeramente.

—¿Por qué me cuenta esto? — pregunta ella empuñado su mano.

—Por lo que ambos prevenimos que va a pasar y es necesario que usted, su esposa, esté enterada de lo que va a suceder, por qué decidió dejar a su hija en manos de otro criminal, por qué su poder no lo puede usar para su seguridad personal y por qué todos los que están en su entorno se encuentran en riesgo.

—¿Por qué estamos en riesgo? — cuestiona echándose hacia adelante como si la respuesta le sirve para fundamentar sus especulaciones.

—Porque esos consejos de estados quieren lo que él tiene, pero su cerebro no puede darle más de lo que ya les dio— confiesa haciendo que ella me mire preocupada—. No hablo de su cerebro de forma puntualizada, sino de forma figurativa porque todos sospechan que él es el mandatario que quiere tener una dictadura en el que todos los estados están manejados por su régimen, se están preparando para hacer un ataque porque si no pueden tener lo que quieren nadie más lo puede tener.

—No lo entiendo— musita ella.

—No quieren que el creador de esas armas las tenga en su poder debido a que admiten que él sería la persona ideal para establecer una dictadura y personas con acceso a esa información están preparándose para un hurto poniéndonos a todos en peligro de no conseguir lo que quieren ya que empezarían a perseguirnos uno por uno de sus íntimos hasta coaccionar a su dueño de darles lo que quieren— explica detallándome como si intentara confirmar las desconfianzas que tiene sobre mí.

—¿Quieren quitarle sus armas nucleares porque temen que quiera establecer un régimen autocrático por la valía de poder que tiene en esos países de los cuales ellos mismos accedieron dándole su mando porque iban a ser beneficiados de las creaciones que él le ha proporcionado por todo el tiempo que llevan haciendo negocios juntos? — dice su sospecha formulada en pregunta para obtener más información de un sí o no que de detalles concretos.

—Si— dice Jov, me relamo los colmillos uniendo mis manos satisfecho de la mujer que tengo.

—¿Cuándo seria ese primer ataque? — cuestiona entrando su cabello por las orejas.