Narrador Omnisciente
Los pensamientos de reproche aparecen desapareciendo la zozobra que incrementa la impaciencia en las conmociones de Mihail Mikhailov, debido a que lo descubierto de la mujer que enalteció para que fuera merecedora de matarlo se vuelve insignificante cuando siente como todo su ser se destroza por la muerte de su abuelo, Lev Mikhailov, aunque, la confesión de su hermana Ivette Mikhailova no le despierta la rabia que debería sentir, como ella pensaba que se sentiría, puesto que una obsesión como la suya hacia él era difícil de ocultar cuando toda su atención estuvo en ella hasta que apareció la niña de la tiara roja.
Sus emociones las tiene suprimidas de su introspección habitual en situaciones de dolencia afectiva, pese a que, hace un viaje a su interior aferrándose a una conversación corta, pero lo suficientemente poderosa para demoler todas las cadenas a las que ha estado aferrado, aun cuando sabe que soltarlas seria su liberación.
Padece un estremecimiento delirante percibiendo la voz de su abuelo, la cual a través de los años se fue volviendo más severa, aunque es en la aceptación de que murió como debía hacerlo que se convence de que sus últimos segundos de vida quedaron registrados en los ojos de la familia a la que sigue perteneciendo, aún después de muerto, debido a que es imposible que un ser como él sea olvidado como pretende Franco Martinelli dejarlo en el olvido cuando finalice con lo acordado.
Sus manos apartan de su cuello el corbatín por el oxígeno que empieza a faltarle, ya que Lev Mikhailov era su baluarte porque siempre fue un emperador del mal, pero su nieto ahora es el soberano del terror, pocas personas han merecido su dolor, pero él siempre será digno del que en este momento rasga sus fortalezas en un quebrantamiento del que teme morir porque siente que agoniza por el fallecimiento que padece en su cuerpo.
Los intentos mentales de no dejarse vencer al dolor que significa la pérdida que está sufriendo han sido en vanos, ya que ni la confesión de las mentiras inventadas para protegerlo a él ni las artimañas hechas por la madre de su hija pueden despertar en sus instintos salvajes continuar con lo que prosigue en una conquista terrestre mundial, puesto que en su mundo solo ha existo un solo ser capaz de reprenderlo, ese alguien era su abuelo, quien ahora, hace de sus impulsos rabiosos alaridos de contención que lo doblegan a un suelo frío, lo cuales empiezan a transformar a un leoncillo en un gatito.
En tanto que la luz tenue de la luna se filtra por la ventana de la habitación de una mujer iluminando su rostro mientras se sienta en el tocador para prepararse para la partida de póker que ha ansiado jugar.
La competencia será feroz, lo percibe en todas las células de su cuerpo, pero está decidida a ganar así tenga que poner una bala en la cabeza de todos los jugadores como está deseando hacerlo.
Abre su maquillaje y empieza a aplicar un poco de base en su rostro, con cuidado de no exagerar demasiado, puesto que prefiere siempre mostrar su piel de porcelana. Después, añade un toque de rubor y un poco de sombra de ojos para destacar sus ojos azules oscuros.
Con sus manos acomoda su cabello en su espalda a la vez que mira la tarjeta en una bandeja de cristal, ya que una apuesta retrasada debe ser finalizada, aunque el pensamiento de una rusa pelinegra abacora sus razonamientos puesto que los recuerdos que posee de varios encuentros con ella se vuelven ahora un juicio en su contra, debido a que se pregunta constantemente su actitud previa a su muerte, ¿por qué Ivette se sacrificó por los dos en el incendio?, aun cuando se encontraba en un situación en la que debía confesar lo que sabía que ella estaba haciendo en la vida de su hermano.
Evitando mirarse a los ojos por las emociones que le nacen con la noticia de muerte de un hombre que se ganó su respeto, se levanta para abrir su valija y busca entre su ropa el vestido perfecto para la noche, el cual fue confeccionado para la ocasión.
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ESTUPOR
ActionLibro 3. Sensaciones que matan. Quemados en un éxtasis por el vicio que se tomaron en medio de las sensaciones que queman del placer y heridos en una euforia de emociones que los hizo pedazos por las sensaciones que hieren del amor ahora los caídos...