Conversión 4

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Capítulo 4: Caza de monstruos.

Maridaje: Din (Mando) Djarin x Lectora

Calificación: 18+ (¡LOS MENORES SE VAN!)

Cantidad de palabras: 2.1K

Advertencias: Cañonazos, decapitaciones, lenguaje adulto, menciones de secuestro, proselitismo, energía caótica, mucha tensión sexual, obscenidades, sexismo, consumo de alcohol, habla de poliamor, habla de drogas, tradiciones jodidas, alusiones a las obscenidades.

Resumen: tú y el Mandaloriano tienen una historia complicada y tu futuro parece volverse más complicado a medida que avanzas. No, gracias al extraño bebé alienígena que ambos terminaron criando juntos.

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"Fuera", siseo, agitando un Jawa cuando se acerca para tocarme, Mando se da la vuelta, pero el Jawa se aleja antes de que pueda sacar su bláster. Grito cuando chocamos contra un bache, Mando, siendo el tipo grande que es, golpea la parte superior de la pequeña habitación.  Los Jawa que nos rodean se ríen cuando un gruñido bajo retumba desde el casco. Cuando nos acercamos a nuestro destino, somos escoltados a la escotilla de apertura de la fortaleza, al abrirla exhalo un suspiro de alivio.  Gracias a los dioses.

Coloco al niño en su cuna por mi propia voluntad por una vez antes de revisar mis armas. Cuando Mando y yo determinamos que estamos listos, comenzamos el camino que nos señaló el Jawa: "No estoy familiarizado con las bestias que viven en este planeta, teníamos muchas en mi planeta de origen, así que seguramente puedo aplicar tácticas similares si  la bestia no es una que yo sepa, mascullo, saltando de una gran roca hacia otra. "No creo que domarlo sea suficiente esta vez", Mando informa. “Soy consciente, muy pocas especies abandonan a sus crías sin luchar. Tengo toda la intención de matarlo si tengo que intervenir”, Gruño, deslizándome de otra roca.

"¿Pensé que tu especie no mata bestias?" Mando bromea. “Mi especie, Mando, son los mejores cazadores de monstruos conocidos en la galaxia, sin embargo, nuestra religión nos conoce como domadores de bestias. Vivimos en la misma sociedad que haces Mando, tenemos bocas que alimentar y clanes que cuidar”, yo tarareo ,“Cada vida tiene valor para nosotros, y nuestro trabajo no lo hace fácil. Encontramos el solsticio sabiendo que valoramos la vida que hemos tomado, la hacemos rápida e insoportable, a diferencia de muchos otros cazadores de monstruos que vagan por la galaxia que lo hacen por orgullo y deporte. Una muerte prolongada es el mayor pecado de todos de donde yo soy”, Me burlo con un ojo en blanco. “Reconfortante”, responde Mando, pero a diferencia de sus habituales respuestas de una sola palabra, una parece genuina.

Los tres pronto llegamos a una especie de cala, el fondo mojado con barro y una cueva en el extremo más alejado. Escaneo mis ojos sobre el suelo fangoso buscando huellas de cualquier tipo, “Quédate aquí, entraré y agarraré el huevo. Ojalá podamos entrar y salir sin tanto alboroto”, Mando informa. Dudo mucho que ese sea el caso, pero le permito continuar con su plan a pesar de todas las incógnitas. Mantengo al niño cerca mientras continúo escaneando el suelo, encuentro un mechón de cabello embarrado y una buena pisada antes de que finalmente pueda determinar qué huevo estamos buscando. Y puedo garantizar que esto no será tan fácil como espera Mando, Mudhorns son criaturas solitarias pero agresivas. Se aíslan, así que si te encuentras herido por uno, estás bastante jodido.

Mis sospechas se confirman cuando un eco más crudo de la cueva y luces rojas parpadean en el interior. Me estremezco cuando Mando viene volando por el aire y sale de la cueva, "¿Es un Mudhorn?" Cuestiono, Mando no llega a responder cuando la criatura emerge de la cueva. "¿No podrías haberlo adivinado antes?", Mando gruñe poniéndose de pie. "No tenía una razón para adivinar", le devuelvo la llamada. Mando levanta su rifle pero veo que está atascado, como no iba a estarlo cuando hay un lodo espeso cubriendo cada centímetro. Mis ojos se disparan hacia la bestia mientras deja escapar un sonido más crudo. Mando todavía está tratando de desatascar su rifle, cuando la bestia carga contra él. Veo a Mando volar por la cala cuando lo golpean, empujo la cuna del bebé hacia atrás, acercándonos poco a poco al borde más cercano.

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