•“87” Te ríes mientras tratas de mantener tu cara lo más inocente posible.
•Su cabeza gira lentamente en tu dirección, la mirada inclinada que has llegado a conocer bastante bien durante los últimos meses en espacios reducidos con el Mandaloriano.
•Él no responde. Solo espera.
•“Bueno, el Hombre Rana tiene 50 años. Y no puedo imaginarte siendo tan irresponsable como para tener un hijo antes de que nacieras, así que…”
•Él suspira. Es ese suspiro de '¿Por qué te aguanto, mátame ahora?' que usa a veces cuando estás siendo ridícula.
•Que eres la mayor parte del tiempo. Solo para intentar hacerlo reír. Un día lo hará, simplemente lo sabes.
•“No, tienes razón. No te veo usando un bastón todavía”.
•Él gruñe, obviamente sin gracia.
•“¿45? A veces gruñes cuando te duele la espalda cuando te levantas de la silla del piloto”.
•Silencio de muerte. Sonríes. BINGO.
•“Sabes… me pregunto cuánta resistencia tiene realmente un anciano como tú. De ninguna manera podrías-“
•Gritas cuando te pilla desprevenida. Creador, se mueve rápidamente para un anciano cubierto con una armadura. Ahora presionada contra el casco de la nave, esperas.
•Te quedas sin aliento cuando su visor se inclina hacia abajo hasta donde su mano enguantada descansa sobre tu cadera. Lentamente se inclina hacia tu cara mientras te desafía en silencio a que abras la boca de nuevo.
•"Apuesto a que no podrías-"
•La bahía de carga se hunde en la oscuridad y un silbido proviene de delante de ti. Un fuerte sonido metálico te hace saltar cuando algo pesado golpea el suelo a tu lado.
•Su voz es áspera, pero aún más deliciosa sin el modulador que normalmente la filtra.
•“Nunca apuestes contra un mandaloriano”.
•Muy pronto te das cuenta de lo equivocadas que eran tus suposiciones sobre los hombres de mediana edad y su resistencia.
•Tú eres la que suplica misericordia mucho antes de que termine contigo.
•Y amas cada segundo de ello.
