Haiden y Nazu

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En las tierras del Este en las cuevas dónde el Lord del Sur se ocultaba, Nazu llegó herida y lastimada, pues el Reiki que Kikyō le había lanzado le estaba causando un efecto doloroso

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En las tierras del Este en las cuevas dónde el Lord del Sur se ocultaba, Nazu llegó herida y lastimada, pues el Reiki que Kikyō le había lanzado le estaba causando un efecto doloroso.

- Así que esa niña es la debilidad de ese niño - decía pensando.

- Así es -

Haiden sonrió, pues su herida estaba casi curada y pronto podía reclamar a la Sacerdotisa Kagome como suya.

- Es curioso ver cómo el príncipe se enamora de una chiquilla hanyō - dijo - Aún cuando está no lo ama -

- ¿Qué quiere que hagamos ahora? - preguntó.

- Por ahora nada, ese príncipe estará muy débil y Sesshomaru estará muy alpendiente - respondió - Tal vez ahora debamos atacar a la flor del Oeste -

- Se refiere a.... -

- Así es, la princesa Hanae es ahora nuestro objetivo - explicaba - Solo imaginalo si una Sacerdotisa pudo dar a luz a un InuDaiYōkai imagina que clase de cachorro puede tener la princesa -

La sonrisa malisiosa de Haiden apareció y Nazu dudaba a estas alturas si aquellos funcionaria, pues no hablaban de alguien normal, hablaban de la princesa Taisho Hanae.

- ¿Acaso ya no piensa ir por la Sacerdotisa Kagome? - preguntó.

- Claro que sí, ella es mi principal objetivo, pero recuerda una madre hace todo por sus hijos aún si ellas no salen ilesas - respondió.

Nazu sabía que las palabras de su padre eran verdad, pues su madre hizo todo para mantenerla con vida.
En la aldea la nieve blanca cubría los prados y bosques, y todos preparaban las cosas para el festival que daban cada año, pero ahora nadie estaba seguro si la familia Taisho estaría presente o más bien el príncipe heredero.
En la casa de Inuyasha, Ryu miraba con seriedad la fría nieve, pues recordaba como su madre le hacía bromas y como ella se divertía, pasos se escuchaban acercarse, pero Ryu no se movió ni le interesó, Seijun quien había entrado se acercó lentamente a Ryu para después sentarse a su lado y mirar la nieve de igual manera.

- Es hermosa, ¿No lo crees Ryu-kun? - preguntó nerviosa.

Ryu solo asintió, pero seguía mirando la nieve, Seijun armando se de valor levantó sus manos y tomo las de Ryu llamando la atención de este, pues las cálidas manos de Seijun lo hacían sentir cálido.

- Ryu-kun, realmente lamento lo de Kikyō-sama y creme que si pudiera hacer algo por ti lo haría - decia nerviosa y sonrojada.

Ryu no era tonto ya sabía de los sentimientos de Seijun hacía el, pero el jamás había sentido nada por alguien más, pero por esta vez la dejaría ser feliz y dejaría que alguien más lo hiciera feliz, sin más levemente sonrió e inclinándose hacía Seijun posó su cabeza entre las piernas de la joven quien se sorprendió y se sonrojo más.

- Solo déjame estar así - pidió.

Seijun nerviosa asintió, pero podía sentir como su corazón latía fuertemente por el joven azabache quien estaba recortado en sus piernas.

- Sei-kun eres cálida - susurró cerrando sus ojos.

Inuyasha quien no quería romper aquella linda escena sonrió de que su hijo pudiera estar más tranquilo desde aquel día, pues el sabía lo apegado que el era con Kikyō.

- Kikyō, realmente me has lastimado - dijo susurrando.
El invierno podía ser lo más bello de la temporada, pero también el más frío y seco.

El invierno podía ser lo más bello de la temporada, pero también el más frío y seco

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Different Worlds. Sesshome (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora