¿Qué pasaría? Si un día descubres que hay un mundo igual al tuyo, pero tú no estás ahí y todo lo que tú conoces es completamente diferente.
Pues esto le pasó a Towa, Setsuna y Moroha, pues un día que estaban viajando se encontraron con un chico de a...
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Otro día más dónde para todos era una gran sorpresa ver a Nao, a Towa, a Setsuna y Moroha entrenar bajo la fría nieve. Sin embargó, en la casa de Rin y Kohaku las cosas iban bien.
- ¿Segura qué te sientes bien? - pregunto algo preocupado.
- Tranquilo Kohaku-kun, Kaede vendrá más tarde y me revisara por si me sucede algo malo - respondió sonriendo.
- Bien, entonces saldré con Hisui para la casa y repartir entre las personas - decía.
- Está bien, solo tengan cuidado - pedía.
- Claro -
Kohaku beso los labios de Rin para después salir dejando a su hija con su amada.
- ¿Hoy no irás a ver a Ryu? - pregunto curiosa.
- Ah no, prefiero quedarme contigo mamá - respondió nerviosa - Además Ryu-kun comenzará a entrenar y.... -
- ¡¡Rin-sama!! - exclamó entrando - Ah, hola Sei -
- Hola Ryu - saludo.
Rin miraba como su hija se encontraba nerviosa y sonrojada recordándole a ella cuando su amo Sesshomaru le daba algún halago.
- Los dejaré un momento, tengo que revisar la madera - dijo levantándose.
- No se preocupe Rin-sama, yo lo haré por usted - dijo deteniendo la.
- Si mamá, recuerda que Kaede te revisará - mencionó.
- Está bien, entonces ambos vayan a revisarla por favor - pidió.
- Será un placer, vamos Sei - dijo tomando su mano.
- Si -
Rin solo suspiraba al ver flocer un amor en el más frío invierno.
- Kikyō-san me gustaría que hubieras visto a nuestros hijos - susurró poniendo sus manos en el pecho.
Detrás de la casa ambos juntaban la leña para que al terminar de juntar la cubrirla y haci evitar la humedad, sin embargó, Seijun estaba muy nerviosa como para mirar a Ryu a la cara, pues recordó aquel momento dónde Ryu se recostó sobre su regazo quedándose dormido por un largo rato, pero para Ryu el que se encontrará con Seijun lo hacía feliz no de una manera normal, pues su corazón latía rápidamente y el querer protegerla de todo.
- Jamás te lo he dicho pero realmente eres hermosa cuando estás roja - respondió sonriendo.
Seijun sorprendida miro a Ryu quien tenía una sonrisa en su rostro que sin saber lo que le provocaba soltó la madera poniéndose completamente roja, hasta caer a la nieve asustando a Ryu.
- ¡Sei! - exclamó.
Rápidamente Ryu ayudo a Seijun a sentarse entre la madera, poniendo con cuidado su mano en el rostro de la joven.
- Sei no vuelvas a asustarme de esa manera - regañó.
- L~lo siento - dijo avergonzaba.
Ryu suspiro y calmado sonrió nuevamente.
- No importa, lo importante es que estés bien - decía - No sé porque, pero no quiero que nada te pase -
- ¡¿E~eh?! -
- Sei, prométeme que cuando todo esto acabe te casarás conmigo - confesó - Se que suena repentino y raro, pero me enamore de ti sin saberlo, cada gesto que hacías, cada herida que curabas, cada que te preocupabas, todo me estaba enamorando de ti solo que no quería aceptarlo por no arruinar nuestra amistad, pero ahora ya no puedo estar lejos de ti -
Ryu que se encontraba de rodillas frente a Seijun posó su frente en las piernas de la joven que se sorprendía con cada cosa que esté hacía.
- Yo realmente no quiero alejarme de ti Sei, por eso te pido que te quedes a mi lado - dijo - Yo te amo y haría lo que sea para verte feliz -
- Ryu-kun - susurró.
Seijun con timidez y ternura levantó el rostro de Ryu con sus manos para que la mirara y con una sonrisa llena de lágrimas respondió.
- Sí, acepto estar a tu lado siempre Ryu-kun -
Aquellos ojos ámbar sin vida la volvieron a tener, pues ahora tenía otro motivo de ser feliz, Ryu Taisho, ahora estaba determinado a vivir pase lo que pase, pues ahora tenía a alguien que proteger.
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