XLIX

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Hay un antiguo mito llamado "el rapto de perséfone", cada que inicia el frío y las hojas se caen es consecuencia de que Perséfone se reúne con Hades en el inframundo, vuelven a estar juntos

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Hay un antiguo mito llamado "el rapto de perséfone", cada que inicia el frío y las hojas se caen es consecuencia de que Perséfone se reúne con Hades en el inframundo, vuelven a estar juntos. Este mito me fascinaba cuando era más pequeña; quizás la idea de la diferencia entre ellos y la atracción que no se podían negar, el amor que surge de lo desconocido es lo que me mantenía ese gusto culposo y bueno, las breves lluvias de otoño, las hojas naranjas de los árboles y pinos que en este momento veo a través del cristal del auto de Taehyung me hace ver que Perséfone se ha reunido con Hades, claro, según el mito.

Hemos pasado gran parte de las luces de la ciudad para adentrarnos a una carretera rodeada de árboles y pinos; esta era mi calma, siempre he vivido en Seúl y no me agrada mucho que sea un lugar lleno de edificios y de gente y aunque esa petición es algo ilógica no quiero que me culpen por mis preferencias. Me gusta la calma, el bosque, la tranquilidad que la ciudad no te brinda dentro su monotonía y rapidez.
Taehyung y yo no hablamos mucho en el camino, solo compartimos algunas cuantas palabras porque me quedo dormida a la mitad del camino. Entre mis sueños no veo más que un camino de agua rodeado por pinos verdes y troncos grandes, fui envuelta en esa aura desde un principio y al parecer se ha quedado en mí.

—Llegamos

La voz de Taehyung se escucha en mi cabeza y abro los ojos. Miro frente a mí y me percato de algo, este lugar yo lo conozco; es la casa de estilo gótico en la que llegamos a hospedarnos un tiempo, en donde teníamos un jardín y una gran biblioteca. Rápidamente me quito el cinturón de seguridad para bajar del auto. Taehyung viste de negro: pantalón de vestir, playera de cuello de tortuga y un saco largo, sin olvidar sus mocasines y sus lentes obscuros.

—Aquí llegamos a hospedarnos, ¿no es así?
Taehyung suspira mientras caminamos a la entrada de la gran arquitectura. —Así es

Sonrío para mí misma mientras intento seguirle el paso; aunque la verdad no hay forma de ocultar la vehemencia qué hay en mi pecho. Tengo muchísimas preguntas para Taehyung, pero la emoción me domina y no me permite abrir la boca a causa de los nervios.
Al adentrarnos puedo volver a sentir el aura del aquel tiempo, en el que solo éramos nosotros tres. El brillarte mármol y las pasmosas escaleras me volvieron a poner la piel de gallina.

—Está en el jardín —Taehyung lo siente y al caminar le sigo en esa dirección. Mi pecho sube y baja, siento como la adrenalina recorre el fulgor de mis venas y me fuerzo en mantener mi propio equilibrio. Llegamos entonces, el jardín es tal como lo recordaba, tiene esos arbustos enormes que lo hacen parecer un laberinto, el cielo está grisáceo y al adentrar mi visión lo comienzo a buscar con la mirada; entonces lo veo. Tiene el cabello un poco largo, piel pálida y sus ojos color negro que al verme puedo notar cómo se van tornando color miel; se encontraba leyendo un libro sentado sobre el concreto de los escalones, pero al verme ha dejado el libro a un lado. Se pone de pie, estático, puedo ver en sus ojos como estos se vuelven como los de un cordero, es extraño siendo él un gran depredador.

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⏰ Última actualización: Oct 25 ⏰

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