Un Buen ALFA (RusGer)

Capítulo Tres.

El mayor dio otro golpe con el periódico enrollado a la cabeza de su hijo, aunque no muy fuerte pues sólo era una reprimenda, el Alfa de menor rango solo se limitó a asentir mientras escuchaba atentamente las palabras de su padre.

-Y te lo dejaré pasar esta vez solo porque aún eres muy joven, pero no quiero oír otra cosa así o te voy a castigar sin importarme qué edad tengas. -URSS resopló dejando el periódico a un lado, él mismo había educado a sus cachorros en casa para que fuesen personas de bien así que no permitiría que ninguno de los cuatro tuviese comportamientos inadecuados-.

-Si papá, lo siento.. -El tricolor de ojos lavanda suspiró rascando un poco su cabeza, aún pensaba en lo extraño que se había sentido ante ese Aroma de Celo que resultó no serlo realmente, de igual manera era la primera vez que experimentaba algo así pues su otro padre ya estaba obviamente marcado y sólo podía sentirlo su Alfa, osea el mayor frente a él-.

-No soy yo quien te tiene que dar su perdón, ahora baja con China a hacerle un obsequio a ese joven que asustaste, muchacho irresponsable -Virando los ojos el castaño también suspiró de manera pesada, era un poco complicad tratar con dos Alfas jóvenes como lo eran el mayor y la menor de sus hijos pero confiaba en que serían personas ejemplares para la sociedad finalmente, formarían un hogar en algún momento y cuando les llegara la hora trasmitirían las mismas enseñanza de respeto a sus cachorros como hizo él a diferencia de su padre-.

Rusia salió de la oficina de su padre para bajar al primer nivel en busca del de estrellas doradas quien inicialmente solo lo observó neutral, aunque luego no pudo resistirse ante la mirada de su gran cachorro y fue a darle un abrazo acariciando su cabeza como cuando era un niño, a pesar de su casta este era muy apegado a su hogar además de ser muy servicial con todos.

-No quise portarme como un perro tonto, ya le había dicho a Alemania que sentía haberlo asustado pero papá me envió a prepararle algo.. -De tener orejas visibles, el joven las tendría bajas como su tono de voz mientras estaba aún aferrado al más bajo, incluso decir el nombre del de piel amarilla hacía aumentar su ritmo cardiaco generándole la necesidad de volver a verlo-.

-Bueno, al menos sabes su nombre, supongo que unas galletas de frutos rojos servirán. -El chino comenzó a buscar los implementos necesarios mientras su hijo sacaba los ingredientes, por suerte aún era bastante temprano y había tiempo de que se horneara todo bien- Ahora, cuéntame más sobre él, ¿Al menos ya se habían visto antes?

-...No, tuve que ir a las oficinas de Omegas para buscar a alguien que me pidió Bela, pero en lugar de encontrarlo me topé con el Aroma.. era muy fuerte y mis instintos actuaron por si solos buscándolo, Chocolate y Canela.. -Las mejillas del azabache más alto se calentaron y apretó los labios intentando calmar su respiración, en cuando más pensaba el ese extraño chico más quería salir corriendo buscarlo de manera ansiosa-.

-Según oí, él no estaba realmente en su Celo por lo que dijiste, eso es extraño.. -Los ojos dorados del de piel escarlata bajaron a la mantequilla que estaba mezclando con azúcar, pensando en cuántas probabilidades había de que un caso así se presentara en en su Casta, pero no encontraba recuerdo alguno de haber oído algo así pero seguramente su esposo investigaría al respecto-.

-Espero que le gusten las galletas... aunque no se veía enojado cuando lo dejé en su casa, sino no me hubiese dicho su nombre.. -Rusia se robó un poco de cerezas deshidratadas, por lo menos sus padres no habían sido tan duros con él así que probablemente no recibiría más regaños-.

-Si tuvieses cola estaría barriendo el piso, hermanito, se nota que te picó fuerte -La diablilla taiwanesa entró también a la cocina cargando sus pertenencias ya con vestimenta de exterior pues era su hora de salir a la universidad- Trataré de volver antes del almuerzo ma', sino pasaré a la estación para que papá me de dinero.

-Intenta comprar algo que si alimente y no más hamburguesas grasosas -Alzó las cejas sarcástico el único Omega de la casa sin dejar lo que hacía, recibiendo un rápido beso en la mejilla por la menor de sus cachorros que luego salió de casa-.

-Me agradaba más cuando sólo sabía decir, "Mamá agua" -El más alto viró los ojos y le tendió la esencia de vainilla al azabache mayor, aún se preguntaba porqué sus padres decidieron tener una camada tan grande si no eran tan jóvenes cuando se conocieron-.

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Al llegar a las oficinas Omega del décimo sexto nivel notó que algunos ya estaban en sus actividades correspondientes, aquello lo hizo dudar un poco pero finalmente se vio obligado a entrar cuando su propia hermana que pasaba por allí lo empujó atrayendo algunas miradas. Tuvo que tragarse su vergüenza combinada con nerviosismo para así acercarse hasta el escritorio en el que recordaba había estado durmiendo el tricolor cuando se encontraron, con rapidez dejó la caja que había armado a orden de su padre China antes de casi salir corriendo disimuladamente con pasos veloces hasta la salida en donde la bielorrusa aún lo esperaba con una expresión burlona dándole algunas palmadas en la espalda.

Los otros Omegas presentes se vieron entre ellos e instantáneamente comenzaron a murmurar y acercarse a la caja percibiendo que contenía galletas, eso los hizo emocionarse más y seguir charlando al respecto mientras hacían su trabajo hasta que llegó el alemán con expresión cansada y el interrogatorio de Estonia comenzó.