Capítulo Veinticuatro.

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Alemania bostezó acurrucándose un poco más hasta que la luz que se colaba entre las ventanas lo molestó, haciéndolo abrir sus ojos despacio hasta que todo se hizo más nítido y cayó en cuenta de que estaba en su nido abrigado por una manta, al intentar moverse se sintió pegajoso por lo que se destapó notando su estómago y piernas con rastros de semen así que comenzó a asustarse sin saber porqué estaba así o porqué no sentía la presencia del azabache. Se levantó con prisa envolviéndose esa misma manta en su cuerpo desnudo y salió de su habitación comprobando que estaba solo en casa, su respiración falló un poco por lo que se sentó tembloroso en el sofá más cercano que era el de dos plazas.

La puerta principal se abrió media hora después dejando ver al Alfa tranquilo entrando con un par de bolsas acartonadas que contenían ropa nueva, pero el sonido de un sollozo y olor a tristeza lo hicieron alzar la mirada con preocupación al tricolor que estaba acostado en un sofá enrollado en la manta con la que lo había dejado durmiendo.

-¿Alemania qué pasó, estás bien? -Soltó las bolsas donde estaba y casi corrió hacia él pero este le dio la espalda cubriéndose hasta la cabeza soltando olor de enojo que lo hico detener su mano antes de tocarlo-.

-..¡No me hables! -El menor gimoteó apegándose más a los cojines del sofá, con sus lágrimas volviendo a bañar sus mejillas por una mezcla de sentimientos que iban desde el miedo hasta algo de rabia- ¡Me.. me dejaste embarazado, voy a tener un cachorro y no estoy listo! 

-....¿De qué estás hablando, cariño?.. -Rusia parpadeó estupefacto ante lo que oyó, en su mente solo aparecía la imposibilidad de aquello pues ni siquiera había entrado en el en ningún momento ni siquiera antes de correrse-.

-¡Estoy lleno de.. de eso y tengo moratones en las piernas!, ¡Seguro terminaste dentro y ahora tendré que cuidar un cachorro yo solo! -El de esmeraldas se destapó frunciendo el ceño con los ojos llorosos mostrando sus delgadas piernas con rastros de fluidos y pequeñas marcas a resultado del ligero sobre uso de fuerza ejercida por los dedos ajenos para sostenerlo-.

-Alemania yo no... no lo hicimos.. así, te prometo que no pasó así, ¿No te acuerdas? -Ya entendiendo un poco mejor la extraña situación lo volvió a cubrir con cuidado, sentándose a su lado y alzándolo hasta dejarlo sobre sus piernas a pesar de que el más bajo intentaba empujarlo con sus brazos- Viniste a buscarme en la madrugada porque te sentías mal por el Celo, me pediste que lo hiciéramos pero como no habíamos hablado nada al respecto sobre esas situaciones decidí que lo más seguro sería solo.. masturbarte hasta que te calmaras, pero no pude evitarlo y también entré en el mío otra vez, lo hicimos juntos pero te juro que en ningún momento te tomé..

-..Entonces.. ¿No estoy.. -Los ojos confundidos pero un poco más aliviados del Omega conectaron con los de su guardia procesando lo que este le explicó y le halló algo de sentido pues no lo dolía nada, sin embargo sintió un extraño vació en el pecho y sus delicadas manos bajaron hasta su vientre plano- No hay cachorro..

-Parecías tan cansado cuando me desperté que preferí dejarte dormir un poco más mientras iba a comprarme un cambio de ropa porque la que tenía estaba llena de feromonas y tuve que echarme mucha colonia para disimular -Su diestra se posó despacio sobre las manos del rubio dando una caricia en esa zona, pensando en que tal vez algún día podría estar abultada por contener un pequeño y hermoso bebé suyo- Y en cuanto a lo otro.. mi cielo, si nosotros estuviésemos esperando un cachorro, jamás te dejaría solo..

-.....No.. no quise gritarte, lo siento.. Russland -Alemania volvió a sollozar abrazándolo, se había sentido tan aterrado y abandonado por quien amaba que se desesperó ante la posibilidad de que este lo hubiese dejado a su suerte luego de tomarlo aunque no había sentido una marca en su cuello-.

-Shh.. discúlpame tú a mi, debí dejarte una nota diciendo a donde iba -El eslavo le dio un beso en la frente soltando sus feromonas de confort y luego se sonrojó ligeramente apoyando un momento su frente sobre la del menor- Amor, vamos a limpiarte, me.. hace sentir algo avergonzado haberte dejado así..

-¿Te.. duchas conmigo?.. -Murmuró el tricolor más tranquilo cubriéndose mejor con la manta que tenía impregnada la esencia de apareamiento emanada por ambos horas atrás, pero su pareja asintió y se levantó para dirigirse al lugar mencionado aún teniéndolo en brazos-.

Esperaron un rato en lo que la tina se llenaba con agua tibia, Rusia se desvistió hasta quedar en ropa interior mientras tanto.. el Omega lo esperó sentado en el borde de la cama observándolo sacar las cosas manchadas para que su espacio estuviese limpio, eso le hizo sentir cuidado pues su nido se conservaba aún... protegido celosamente por su Alfa. 

-Russland.. -Llamó con voz tranquila extendiendo sus brazos poco después sintiéndose abrazado por el de piel roja que le dio un beso suave en su hombro sin cicatriz.. durante la noche este la había visto pero por la forma que tenía entendió perfectamente aquél temor a los Alfas- Ich liebe dich..

Todas las manadas tenían lenguajes propios, pero muchas veces las palabras eran mejor demostradas con acciones.

-Lyublyu vas.. -El azabache lo alzó en brazos cual princesa y volvieron al baño donde lo ayudó a entrar despacio al agua para luego acompañarlo también, tomando una de las esponjas cercanas para hacer espuma con el jabón y comenzar a limpiar su cuerpo con cuidado siguiendo cada corma de este como si fuese la obra de arte más valiosa, vaya que realmente lo era para él-.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora