Capítulo Cincuenta y Tres.

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-Vamos.. solo un poco antes de ir al trabajo -El tricolor se frotó contra la pelvis de su Alfa estando sobre este sólo ocupando una polera delgada debido al molesto calor que hacía en las noches, había tenido un sueño húmedo y ahora quería deshacerse de la erección que tenía-.

-Son como las seis de la mañana, mi amor déjame dormir.. -Intentó girarse Rusia soñoliento, estado que se le pasó cuando comenzó a olfatear las feromonas de apareamiento ajenas y lo observó, notando que no estaba en celo pero su capricho por hacerlo era algo fuerte- ...Será rápido, ¿Si?

-Mgh Russ, tócame más ahí, me gusta.. -Sus ojos verdosos lo miraron con deseo cuando comenzó a sentir cómo su trasero era apretado por las grandes manos del euroasiático que obedeció, le gustaba ser tratado algo brusco pero sabía que su pareja siempre tenía mucho cuidado de no lastimarlo- Dame un beso.

-Todo lo que el príncipe pida.. -Suspiró el mayor formando una sonrisa ligera mientras lo tomaba de la nuca para atraerlo hasta sus labios, comenzando un dulce beso que terminó en uno voraz mordiéndole un poco el labio- Me encantan tus besos por la mañana, ¿Lo quieres suave o saco los analgésicos del cajón?..

-Como sea, solo entra ya... tengo ganas -Alemania usó un tono meloso y caprichoso con un sonrojo ocupando sus mejillas, eso sin duda encendió al azabache que no esperó ni un momento para quitarle la polera y volver a tocar su trasero para bajar hasta su entrada algo húmeda-.

-Espero hayas soñado conmigo, sino me voy a poner muy celoso -Le canturreó el guardia lamiéndole el cuello y metiendo dos dedos con ya menos separación de tiempo debido a que tenían más experiencia en ello-.

-Si..mgh, por eso quiero que me tomes.. -Con el tercero adentro moviéndose para prepararlo con algo de prisa no podía evitar gemir entre palabras, no habría pensado antes de que le gustaría tanto sentir cómo alguien se colaba en su interior golpeando su punto perfecto hasta hacerlo tocar el cielo-.

Un par de minutos necesarios después el de ojos lavanda colocó a su Omega sobre las sábanas removidas para así penetrarlo cuidadosamente colocándose sobre él gruñendo un poco con posesividad, era algo que no podía evitar por la excitación del momento pero el germano sabía perfectamente distinguirlo de una amenaza así que apretó un poco el miembro ajeno, sintiendo cómo se dejaba casi caer sobre su espalda para resoplar sobre donde estaba su marca.. dándole una larga lamida seguida de un beso sonoro.

Las caderas de ambos se movieron con ansia entre jadeos y gemidos roncos, las manos de Rusia se pasearon por todo el cuerpo del europeo hasta llegar a su pene para masturbarlo y que se sintiese igual de bien que él, pronto el cuello del menor quedó lleno de marquitas rojas hasta que en la última mordida suave que recibió en su espalda llegó al orgasmo ensuciando la sábana bajo sus piernas aunque eso no le importaba en ese momento, lo único que pudo hacerlo volver en si fue el temblor en el cuerpo del ruso y sentir su interior llenarse de algo caliente, intentó separarse pero se vio atrapado por el nudo del Alfa.

Alemania jadeó asustado mientras miraba algo del abundante semen ajeno escurrir por sus piernas, lo habían hecho antes de ir a trabajar.. a pesar de no estar en Celo ninguno de los dos, ni siquiera tenían una falta justificada y aprobada con antelación para no reportarse al rascacielos.

Ambos se miraron nerviosos apenas lograron separarse luego de diez minutos gritándose al respecto, se suponía que no podrían fecundar si por lo menos el Omega no estaba durante su Celo.. pero el de esmeraldas era de casta pura aumentando por mucho su fertilidad además del nudo. 

-¡Rusia, cielo santo!.. ¡¿Qué haremos ahora?! -Tembló el rubio tirando de su propio cabello con desespero, estaba tan agitado que le faltaba el aire cada que inhalaba en busca de este además de que sentía su cuerpo hacerse más frío-.

-Vamos.. vamos a calmarnos, ¿Si amor?, no estamos en temporada y yo no soy de casta pura así que no es.. tanta la probabilidad -El de piel roja se puso la ropa interior y tomó una de las sábanas limpias para envolver a su germano que inmediatamente lo abrazó escondiéndose en su pecho como un niño aterrado- Yo... ahh.. no quería hacerlo en circunstancias como estas, pero quiero que sepas que deseo hacer una vida contigo hasta ser unos viejos decrépitos medio sordos..

-¿Russland, qué.. -El más bajo murmuró sin entender del todo a qué se estaba refiriendo, fue alzado por el más alto y dejado en el lado de la cama perteneciente a este, viéndolo buscar algo en el último cajón de su mesita de noche hasta sacar un pequeño estuche con forma de pastelillo-.

-Yo quiero, cada día sin falta alguna, ver tus ojos apenas despierte. Oírte a cada momento decir mi nombre seguido de cuánto me amas como yo a ti, quiero oírte chillar cuando se acaben los postres o enfadarte al errar un cálculo.. -Intentó no comenzar a balbucear por lo nervios y solo decir todo aquello que en realidad había estado practicando para cuando obtuviera la reservación en el bonito restaurant que le había recomendado Japón sin tener idea de su propósito- Decirle al revoltoso de Alyosha que es nuestro bebé consentido o lo mucho que te agrada pasar tiempo con mi manada, por eso.. quiero que te cases conmigo y si incluso resulta que tengamos un cachorro ahora, quiero criarlo contigo sin duda alguna Alemania..

Sus grandes manos un poco temblorosas quitaron la tapa con forma de glaseado, dejando ver un bonito anillo de rubí corte corazón en una argolla de oro a la medida del alemán. El labio de este tembló pasando su vista de la joya hasta las orbes lavandas ajenas, con sus propios ojos soltando ligeras lágrimas de sorpresa.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora