Capítulo Cincuenta y Cuatro.

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Alemania se acurrucó en el pecho del azabache estando en su nido, hace casi diez minutos había chillado muchas cosas en el lenguaje de su manada sin ser entendido por el mayor pero finalmente cuando se recuperó de la sorpresa pudo gritarle que sí quería, por lo que ahora estaban renovando su viejo nido.. solo por si acaso.

-Creo que deberíamos comparar más almohadas, las paredes tienen que estar bien protegidas -Rascó un poco la fría pintura melocotón del closet, si tenían un cachorro iban a pasar buen tiempo allí y no quería que pasasen frío, tal vez con colocar algunas mantas provisionales le daría tiempo de pensar en remodelaciones oportunas-.

-Mmm... tienes razón, pero aún tenemos tiempo para conseguir más cosas, ahora solo quiero descansar un poquito.. -Vestido solo con ropa interior limpia el germano acomodó mejor su cuerpo rodeado por el brazo del Alfa, se tomó un momento para colocar su mano sobre la más grande a altura de su estómago y suspiro- Si hubiera cachorro.. ¿Qué te.. gustaría que fuera?

-Me agradan mucho las niñas, era más divertido jugar a la fiesta de té con Taiwán y Bela que algún deporte con Ucrania, tal vez porque soy algo flojo para esas cosas -Rusia acarició despacio, sentía cierta emoción de que tal vez ahora no se estaban refiriendo a un vientre vacío, incluso si no estaba planeado tenían todo para darle una buena crianza- La casta no me importa, incluso si resulta ser Gamma.. la cuidaría en todo momento con mi vida.

-Una niña suena lindo.. -El menor sonrió sintiendo la necesidad de hacerlo, ya se sentía listo, quería experimentar lo mismo que había visto pasar a su mejor amigo teniendo tanta sorpresa ambos siendo nuevos en aquél tema- Quiero al cachorro, tengámoslo si resulto embarazado.

El de ojos lavanda dejó escapar un par de lágrimas sintiendo su corazón latir con fuerza, por lo que abrazó llenando de besos y caricias a su pareja mientras desprendía muchas feromonas de felicidad, ya luego llamaría a su jefe para explicarle la situación y pedir dos días más libres como si fuesen del celo mensual de su Omega. Pronto llegó el pequeño pastor alemán moviendo la cola con una pelota en su hocico dispuesto a jugar, pero lo terminaron haciendo entrar al nido para que durmiese un rato con ellos, haciéndole muchas caricias en su lomo y orejas con dulzura.

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-Esto no le va a gustar para nada.. -América sudó frío apenas colgó la llamada, ni loco iba a decirle al tricolor que su adorado sobrino iba a faltar ese día por estar posiblemente embarazado, tenía un carácter horrible cuando se enojaba-.

-¿A quién no le va a gustar qué? -El de ojos cielo salió del baño vistiendo solo una camisa blanca que cubría su ropa interior, secando su cabello dorado con una toalla en mano de manera tranquila, habían comenzado a vivir juntos pero cambiando de departamento cada cierto tiempo para no desatender sus territorios-.

-Eh... a Egipto, hoy le tocaba a Rusia reportarse con ella, pero no va a ir porque tu sobrino está algo resfriado.. -Respiró profundo mirándolo directamente a los ojos intentando no verse sospechoso, posiblemente.. el único ser sobre la tierra que lo podía doblegar era su pareja sólo con arquear una ceja-.

-Oh.. tal vez deba ir a dejarle caldo de pollo, pobre mi niño -Weimar frunció los labios de lado antes de tomar sus pantalones perfectamente planchados de la cama, lo mejor de estar en su departamento era que le facilitaba alistar sus cosas-.

-¡No!, digo... no te preocupes, para eso el mocoso ruso se está quedando con él a atenderlo -El de franjas rojas optó por distraerlo apegándolo a su cuerpo y lamiendo su mejilla- ¿Ya te dije lo hermoso que te vez hoy?

-..Vuelve a lamerme y sólo harás que quiera cog.. -Sus cercanas palabras vulgares fueron calladas por un beso del americano, a lo que se interesó más en eso y le rodeó el cuello con los brazos para profundizar-.

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Croacia rió otra vez cubriéndose la boca en lo que el contrario la acompañaba en su diversión, ambos caminaban por la gran avenida rumbo al rascacielos como estaban acostumbrando últimamente tras cruzarse otra vez una semana atrás, el Delta calmó su respiración y miró a la más baja.. sus ojos eran tan bonitos que no podía parar de verlos embelesado.

La relación entre Omegas y Deltas era muy poco común, pero él ya estaba tan enamorado.. entendiendo al fin la manera en la que se comportaba su hermano mayor hablando de su pareja como si fuese el centro del universo mismo, cada vez que estaba con la de piel azul su corazón se calentaba y toda su atención se centraba solo en ella. 

-Me gusta mucho el Verano, aunque haga mucho calor los días soleados son muy bonitos -La más baja se detuvo en el paso del semáforo pero notó con susto de que el de piel amarilla por poco sigue adelante hacia donde los autos pasaban con prisa, sostuvo su mano en ese segundo atrayéndolo con fuerza por reflejo- ¡Cuidado!, ¿Ucrania estás poniendo atención?

-Ah.. no, lo siento, me perdí viendo el cielo.. -El de ojos dorados suspiró rascando un poco su cuello con la mano libre, había estado muy cerca de acabar como animal de carretera de no ser por la balcánica-.

-Pero si me estabas viendo hablar -Esta ladeó su cabeza confundida, teniendo que volver a avanzar junto con los demás cuando oportunamente la luz roja de los peatones se volvió verde, extrañaba un poco acompañar a Alemania pero ahora que tenía pareja pues no se podía, aunque la presencia del castaño también era inesperadamente muy agradable-.

El eslavo solo sonrió leve y no soltó su mano.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora