Capítulo Uno.

2.3K 217 35
                                    

Caminaba tranquilamente bajando por las escaleras de servicio a uno de los niveles inferiores en busca de a quien su hermana menor le había pedido entregar unos documentos importantes debido a que por una reunión estaba ocupada, así que había recibido una descripción de un tal Laos y ahora lo estaba buscando en el nivel Omega, era su último deber del día pues debido a la hora todos habían comenzado a retirarse a sus hogares son sus mascotas o parejas y él, bueno.. tenía salud y a su manada. No sentía vergüenza alguna de decir que aún vivía con sus padres y hermanos pues se apoyaban entre ellos con los pagos sin el estrés de tener que mudarse aunque en algún momento tendrían que hacerlo fuese con pareja o no, aunque por el lado de su hermano lo veía un poco complicado.. no muchos podían soportar a un Delta fastidioso y gritón.

En medio de su búsqueda un Aroma muy dulce comenzó a atraer su atención haciéndolo seguir el rastro de manera inconsciente hasta una de las oficinas, para ese punto estaba generando saliva de más y su respiración se hacía menos rítmica, había detectado el Celo de un Omega y al ser tan fuerte no podía pensar con claridad. Abrió la puerta con rapidez sin hacer ruido alguno y allí lo vio, una figura masculina esvelta dándole la espalda al estar sentado en una silla con los brazos sobre su escritorio aparentemente dormido, se acercó buscando olfatearlo mejor mientras todos sus sentidos de Alfa se embriagaban por el llamado de apareamiento haciéndolo ver como un perro tonto hasta que debido a que soltó sus feromonas de respuesta el contrario despertó de un salto viéndolo aterrorizado, lanzándole una taza vacía se escondió bajo su escritorio totalmente tembloroso y así su Olor de miedo opacó su Aroma a Celo erróneo.

-Ay.. mi cabeza, ¿Por qué.. -La pregunta del de ojos lavanda se perdió en el aire siendo interrumpido por los nerviosos chillidos ajenos, ya había vuelto en sí por lo que dejó de salivar y prestó más atención-.

-¡Aléjate de mi!, ¡Aléjate por favor! -Encogiéndose el de acento alemán intentó abrazarse a si mismo como protección, no olía a ninguno de sus compañeros cerca así que naturalmente era presa del miedo de lo que aquél Alfa enorme pudiese llegar a hacerle-.

-...Oye, ¿Estás bien?.. -El de uniforme táctico oscuro se inclinó como era parte del protocolo para tratar con un Omega asustado, hizo su voz más suave y bajó las manos... también para disimular con la carpeta de documentos su pequeña erección debido a las hormonas, por suerte esta ya estaba bajando-.

-Por favor no me hagas daño.. -Repitió en un murmullo el de piel amarilla respirando de manera profunda para controlar su nerviosismo, sentía su cuerpo temblar y debido a ello se estaba clavando un poco las garras en sus brazos-.

-¿Huh?, no voy a lastimarte, solo... tu Aroma era demasiado fuerte y mis instintos me hicieron responder, lo siento -Ya sentado en el suelo a una distancia de cuatro metros el aparentemente mayor se encogió avergonzado, no era de los que se dejaba llevar pero en esta ocasión su auto control pareció pausarse-.

Fue entonces que el más bajo notó que el efecto de sus supresores se había terminado y con rapidez salió parcialmente de su pequeño escondite para intentar alcanzarlos de la superficie del escritorio algo desordenado por su inesperada reacción previa, por suerte pudo tomar el blíster y una botella de agua que siempre tenía junto a su portafolios sobre la alfombra, se los tragó con rapidez y suspiró por la nariz devolviendo su mirada desconfiada al azabache que permanecía quieto aún.

-Mi nombre es Rusia, realmente me disculpo por mi comportamiento, fue algo muy impropio para las normas de esta organización, pero no fue a propósito.. -Al volver a unir miradas se disculpó agachando la cabeza cual cachorro regañado, su padre lo había criado siempre repitiéndole que el ser Alfa no lo hacía superior a nadie y por alguna razón no podía dejar de perderse en los ojos ajenos de indiferente esmeralda-.

-¿Dónde están los demás?.. -Pronunció el tricolor levantándose con cautela para guardar sus cosas, notando por los amplios ventanales que la oscuridad ya había caído más de lo que acostumbraba, bordeando poco más de las ocho de la noche tal vez-.

-Si te refieres a los Omegas de este nivel, creo que fueron llamados a una reunión hace una hora.. pero supongo que ya se fueron -Lentamente el eslavo se levantó también, aliviado de que sus hormonas ya calmadas hubiesen devuelto a la normalidad su cuerpo, era muy idiota de su parte reaccionar así ante un desconocido y seguro su padre le daría un bien merecido golpe de periódico en la cabeza- ¿Necesitas que te acompañe a casa?, realmente no soy el idiota que parezco ahora...

.   .   .

El menor volvió a tragar en seco mientras se aferraba a su portafolios, cuestionándose aún sobre haber aceptado darle su dirección a un completo desconocido para remate Alfa de gran altura que fácilmente podría dañarlo, pero su lado racional le recordaba que al trabajar también para la organización podría denunciarlo y hacer que lo arrestaran junto con una orden de alejamiento si llegaba a hacerle algo. Lo cual era un poco más seguro que caminar solo por las calles rodeado de tantos posibles peligros que podrían devorarlo entero en cuestión de segundos, todas esas horribles posibilidades lo hacían castañear los dientes tembloroso.

-..¿Todo bien?... -La voz en tono bajo de del de orbes lavanda contrastó con el usual ruido de la metrópoli, había sentido su ligero olor en llamado de seguridad por lo que de manera automática se tensó, eran cuestiones de casta que no podían evitarse-.

-No.. ya, ya estamos cerca.. -Por suerte sólo faltaba una esquina más para que estuviese en la seguridad de su hogar, fuera del peligro que era la calle para él, podría darse un baño y dormir hasta la mañana siguiente en donde se quejaría con sus compañeros porque lo dejaron solo-.

Rusia asintió soltando un poco de feromonas de conforte mientras volvía a tomar su distancia prudente para no incomodarlo más, tal vez al llegar a casa tendría que soportar la reprimenda de su hermana por haber dejado los documentos en recepción para acompañar al Omega, pero si le explicaba sus razones tal vez no lo golpearía tan fuerte con su pequeño puño enojado.

-Aquí, es aquí.. -El tricolor casi saltó a la entrada de su casa cruzando el pequeño jardín algo seco que tenía, pues debido a su trabajo no tenía tiempo de cuidarlo como a su bonsái y tampoco era muy fan de la tierra-.

-Me alegra haber cuidado tu camino a casa, buenas noches.. -Finalizó el de piel roja haciendo una pequeña reverencia, su otro padre le había adherido la costumbre siempre repitiendo que era más formal que un típico apretón de manos que normalmente se hacían entre Alfas o Deltas-.

-Mi.. mi nombre es Alemania.. -Este se atrevió a revelar sin pesar mucho en ello, después de todo el otro ya le había dicho su nombre antes y eventualmente sabría el suyo en la organización si llegaban a toparse otra vez-.

-Alemania.. -Su voz acarició el nombre ajeno grabándolo en su mente al igual que su particular mirada, su corazón latió de manera diferente y ya en la lejanía continuó contemplando al más bajo de manera diferente-.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora