Capítulo Cuarenta y Cinco.

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-Mgh espera... espera Ame, ¿Crees.. que eso pueda entrar en mi?, yo no soy un Omega y no sé si pueda lubricar como ellos.. -Jadeó el de ojos cielo totalmente enrojecido y agitado apenas separándose de los voraces labios del mencionado a quien sentía frotarse contra su trasero, estaba malditamente caliente y sentirlo hacer eso hacía que le temblaran las piernas-.

-Podemos comprar uno sintético.. -Le murmuró al oído mientras bajaba su mano izquierda hasta la entrepierna ajena también dura, el Aroma del contrario lo estaba volviendo loco y sus hormonas llenas de instinto le suplicaban aparearse ya aunque no oliese a Omega-.

-Pero no vas a salir así y yo no quiero esperar..... maldición nunca había tenido un Celo tan fuerte, me estoy asando.. -Weimar gruñó bajo apoyando su frente en la pared donde lo había acorralado el de franjas rojas, la erección en su pantalón lo estaba torturando pero no podía hacer mucho mientras batallaba contra el calor y la sobre carga de estimulación sensorial que recibía su trasero a pesar de que no tenía mucha sensibilidad allí-.

-..Puedo ayudarte con eso, solo.. acuéstate y deja que me encargue... -Tomó en brazos al contrario antes de que respondiera y lo llevó hasta su habitación donde lo dejó caer algo brusco contra la cama pero como el de piel amarilla no pareció quejarse, continuó desvistiéndolo con algo de ansia hasta lograr ver su cuerpo desnudo completo por primera vez- Juro que si fueses Omega, desde el primer minuto ya te habría hecho una camada entera..

-¡América!, no digas esas cosas -El rubio chilló cubriéndose el fuerte sonrojo en su rostro hasta que una mordida en el interior de su muslo derecho lo hizo gemir, su cuerpo tembló arqueándose un poco y su miembro se endureció aún más-.

-Mierda eso se oyó maravilloso, ahora inténtalo con mi nombre.. -Volviendo a acariciar en la zona previamente mordida tomó luego el trasero ajeno dándole un apretón y lamió en el vientre bajo del germano, sabiendo que esa zona era altamente erógena y este no tardó mucho en retorcerse-.

-¡Ame.. América!, agh no hagas eso, solo prepárame o como sea que se haga eso.. tengo unas putas ganas de que lo hagas ya. -Gruñó ligeramente estresado el Alfa más bajo, su cadera se estaba moviendo debido a la necesidad de ser usada ya.. pero estaba más que obvio que no podría hacer nada con ella más que recibir al menos esta vez-.

-..No sabes lo mucho que me excita que te pongas mandón -América le robó un beso igual de demandante que el anterior y volvió a frotarse esta vez sin nada que los separara, ensalivó dos dedo de su mano derecha lo mejor que pudo y comenzó a acariciar la entrada del de ojos cielo que jadeó al contacto-.

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-¡Mierda, si, más rápido! -Casi gritó en un gemido aferrándose al pecho del albino para no resbalarse mientras subía y bajaba sus caderas hasta chocar con el cuerpo del castaño, no había pensado que algo así podría gustarle tanto a pesar de haber sido doloroso al inicio-.

-Y qué tal.. más adentro.. -Lo tomó con ambas manos de la cintura e hizo que bajase más, por ende acomodándose mejor en su interior estrecho y tibio, si seguían así de rudo no tardaría mucho en acabar-.

-¡Idiota! -Weimar gimió fuerte y le enterró ligeramente las uñas al contrario en el pecho, por alguna razón eso provocó que temblara con fuerza sintiendo que estaba en el jodido paraíso y se corrió manchando al de parche azul-.

-No.. no me aprietes así, maldita sea.. -Apenas pudo balbucear mientras se corría también alcanzando el orgasmo debido a que al llegar al suyo el anterior del diplomático se hizo menos espacioso y la sensación lo llevó a no poder resistir más-.

-¡Dime que eso... carajo como duele! -El de alborotado cabello dorado se mordió el labio con fuerza puesto que al intentar moverse para dejarse caer a un lado el nudo ajeno lo retuvo forzándolo a permanecer unidos, aún estando sobre él era muy cansado-.

-No te muevas, a mi me duele más.. -Se quejó el americano abrazándolo con cuidado a su pecho pues esa área era muy sensible y de por si ya le estaba doliendo demasiado, por estar tan perdido en el placer olvidó ese maldito detalle tan incómodo-.

-...Me limitaré por verlo desde el lado positivo de que no voy a quedar embarazado, sino.. juro que ya te estaría ahorcando. -Suspiró un poco y trató de relajarse con el Aroma de su ahora pareja hasta que se desinflamara el nudo y pudiese ducharse, le dolían las piernas y quería saber qué tan fea estaba la mordida que tenía en el trasero a cortesía del agente-.

-Weimar.... estoy muy enamorado de ti.. -El de ojo turquesa susurró abriendo su corazón mientras le acariciaba despacio la espalda, desde el primer día en que se vieron hubo algo en el de usual traje arena que le robó el aliento- Quiero tenerte conmigo para siempre...

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-¿Deberíamos comprar algo de pan?, en casa sólo queda cereal -Alemania mostró el empaque en sus manos aprovechando que estaban en el pasillo donde estos usualmente estaban junto a las galletas-.

-Supongo que si, por si se nos antoja un sándwich -El ruso alzó los hombros en lo que dejaba en el carrito una bolsa con galletas de avena y miel, optaron por hacer las compras al salir de la casa del matrimonio italonipón que no les dejó irse hasta luego de desayunar-.

-Prefecto, ahora vamos por el helado, Liebe -Apuró el de suéter comenzando a caminar siendo seguido por su Alfa con una sonrisa tranquila, debido al calor ambos morían por comerse en embace del postre cada uno-.

Sus compras para la semana se desarrollaron con calma hasta luego de pagar y abandonar el supermercado, cruzándose con el Delta conocido que alzó una mano en su dirección para saludarlos a la distancia pero no se detuvo puesto a que aún debía entregar algunas cosas de su trabajo. De camino cruzó frente a un callejón en donde oyó ruidos de forcejeo y su instinto le demandó ir a ver qué ocurría por si era necesario llamar a la policía, debido a los casos de personas apareciendo inconscientes de las calles sin más y se adentró en este con extrema precaución.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora