Un Buen ALFA (RusGer)

Capítulo Cincuenta y Cinco.

Le sonrió al pequeño niño sentado frente a él, era regordete cual gatito esponjoso y sus ojos rasgados muy curiosos, le gustaban mucho los cachorros pero debido a su casta había perdido muy prematuros a un par de los suyos.. puesto a que su cuerpo era extremadamente débil para soportar un embarazo y su esposo muy bruto para tratarlo con cuidado. Pero estaba mejor así, sería triste criar a un pequeño igual de infeliz que él.. siendo solo un trofeo por su delicada apariencia, comprado por mera banalidad pues ni siquiera podía reproducirse sin acabar en el hospital, el calvario de la debilidad Gamma.

Otro golpe provino de la oficina cercana, por instinto abrazó al cachorrito de sol rojo contra su pecho obteniendo una mirada cautelosa de los guardias asiáticos que se mantenían vigilando al heredero del jefe que en ese momento se encontraba en la oficina "Hablando" con su esposo sobre algún negocio ilícito que tendrían. Pero no se esperaba el disparo que resonó luego, el albino se aferró a él asustado pero su mente quedó en blanco como para al menos confortarlo, pronto la puerta se abrió dejando ver a un nombre de traje negro con el sol naciente de su rostro salpicado por algo de sangre que se limpió con un pañuelo de seda blanca, alzando un poco las cejas antes de acercarse a su hijo quien al notar su presencia corrió hacia él.

-Osoreirimasuga.. goshujin no mōshide o kotowaranakereba narimasendeshitaga, yakuza ichizoku wa kare no kado no puraido ni dōi shimasendeshita. -Imperio alzó en brazos a su hijo con increíble cuidado, dejando un beso en su frente en lo que su mirada sin ápice de emoción respecto al tema se posaba sobre el de piel azul- Mi hombres lo llevarán a su casa, tenga buena tarde.

(Me temo.. que he tenido que rechazar la oferta de su esposo, el clan Yakuza no estuvo de acuerdo con su soberbia desmedida.)

Su esposo estaba muerto... pero no derramó ni una sola lágrima, ni siquiera sonrió o hizo expresión alguna mientras subía a su propio auto siendo conducido por extraños, al llegar sólo se sentó en el sofá a ver el enorme cuadro que plasmaba todo el poder que había tenido aquél Alfa que tanto daño le hizo y ahora no estaba más... no movió ni un dedo, no había cuerpo y la mafia se encargó de arrojas este por ahí con sus usuales advertencias ya conocidas por la policía así que ni siquiera sería sospechoso.

¿Era ya.. libre?

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Luego de tantos intentos y regalos con peticiones de salir, el nórdico consiguió que el de ojos oceánicos se interesara en él.. y únicamente pasó cuando comenzó a contarle sobre las obras benéficas que hacía su manada a albergue de niños rescatados de la trata a pesar de que este no quería prestarle atención, pero al final sus ojos brillosos mirándolo con atención valieron totalmente la pena. Desde entonces habían comenzado a salir a lugares poco convencionales para una cita; como refugios animales, comedores de caridad e incluso a limpiar áreas verdes con otros voluntarios.

Era la primera vez que Finlandia hacía todas esas cosas por mano propia pero estaba encantado con la sensación que le dejaba hacer un cambio bueno en el mundo de aquellos que la habían pasado mal, era feliz con ese Omega y su manada había dejado atrás el tema del germano por lo que era libre de cortejar al de Aroma a manzanilla y Melocotón.

-Me gustas mucho Estonia, quiero que vengas a vivir conmigo y mi manada, prometo que nada te faltará ni a ti ni a nuestros cachorros cuando decidas tenerlos -El albino tomó las pequeñas manos del contrario envolviéndolas con las suyas, estaban en el lugar perfecto para aquella petición, el puente sobre el lago del parque central con los pétalos de árboles florales cercanos cayendo lentamente a su alrededor-.

-Lo siento.. lo siento mucho Suomi, no puedo.. -Sintió su labio temblar y un horrible piquete agudo en el corazón, era obvio que en algún momento tendría que decírselo y que su bonito sueño acabase en tristeza, pero era la dura realidad que debía aceptar-.

-¿Una boda es mucho?, está bien no es necesaria, si quieres podemos solo firmar un acta y vivir donde se te haga más cómodo -Quiso arreglar el rubio, incluso si ni siquiera había anillos lo único que le importaba era quedarse junto al estonio, poder pasar sus días oyéndolo cantar bajito mientras hacía el desayuno o chillar cuando veía algún ratón en la calle-.

-No es.. no es eso, yo en serio quiero quedarme contigo pero no puedo.. -Estonia ya no logró retener sus lágrimas, sentía mucho dolor en el pecho que casi lo estaba ahogando, pero debía terminar de explicar la razón por la cual no podían quedarse juntos aunque quisieran- Yo no puedo tener cachorros, me tomaron antes.. y descubrieron que mi matriz no sirve.. eres joven aún así que, ya podrás encontrar a otro Omega con quien formar una bonita familia..

Su carita empapada de llanto silencioso bajó hacia el suelo con obvio pesar, quería volver a su casa para enterrarse entre almohadas y llorar una semana entera antes de volver a su empleo para seguir subsistiendo ya que no se podía dar el lujo de pedir más tiempo libre que eso.

-...Incluso.. incluso si no podemos formar nuestra propia familia, Estonia yo quiero que te quedes conmigo por favor, podemos viajar por el mundo a conocer lo que tú quieras con ese tiempo libre, no tienes porque sentirte así.. no es tu culpa.. -Tras unos minutos con el silencio reinando frío, el finés lo estrechó entre sus brazos un momento antes de mirarlo a los ojos para secarle las lágrimas con sus pulgares, sin duda esa noticia debería digerirla un poco más.. pero no sería suficiente para que lo dejara alejarse así como así- Yo te amo.. incluso si no hay cachorros propios, lo único que necesito de ti es que seas feliz conmigo.. amándome tanto como yo lo hago con tu sola preciosa existencia frente a mis ojos.