Capítulo Doce.

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-Ay no... esto no puede ser verdad, hoy no.. -Se quejó el azabache comenzando a desesperarse cuando notó a través de los amplios ventanales que una nevada comenzaba, lo cual no hubiese significado un problema de no ser porque la cantidad aumentaba con cada momento y eso significaba que los negocios iban a cerrar temprano en caso de tormenta-.

-Hola, ya estoy listo..... ¿Estás bien? -Alemania se preocupó cuando el más alto levantó la mirada con suma tristeza estando apoyado en el enorme cristal que dejaba ver la calle blanca, entonces notó lo que sucedía- Oh..

-...Lo siento, yo en serio quería que salieras conmigo a comer.. -El Alfa bajó los hombros desganado y suspiró frotándose el cuello con la mano izquierda como signo de estrés, había estado planeándolo tanto durante esos dos días desde que le preguntó para que al final el clima le diese un patada en la espalda-.

-Podemos.. podemos ir a casa de mi tío, vino esta tarde a pedirme que cuide a su gata y me quedaré allí estos días.. estoy seguro que a de tener carne, para.. hacer nuestras propias hamburguesas -Ofreció inseguro el germano, no sabía si era buena idea llevar a un Alfa al territorio de otro pero no dañarían nada así que tal vez no se enfadaría- Solo si quieres, podemos dejarlo para..

-Claro, está bien, si, quiero decir.. -El ruso algo emocionado interrumpió al más bajo antes de que terminase de hablar, después de todo su principal intención era pasar tiempo con él, daba igual si era en un lugar desconocido aunque de igual manera ya había confirmado el parentesco entre los dos tricolores- Tal vez aún alcancemos a comprar también algunos refrescos en el supermercado, si es que lo deseas..

-Yo creo que si, mi tío vive solo a cinco calles y el supermercado está a cuatro si nos damos prisa -Sonriendo ligeramente el de esmeraldas comenzó a caminar seguido del mayor hacia el elevador que oportunamente estaba en su nivel, entraron junto a algunos de sus compañeros y se mantuvieron en silencio hasta salir al vestíbulo donde algunos otros se despedían o llamaban taxis-.

Ante la presencia de otros Alfas se apegó instantáneamente al que conocía para no sentirse tan nervioso, se distrajo cuando este lo tomó con cuidado de la manga de su suéter y le dio una mirada de soslayo haciéndole saber que estaba junto a él, a lo que asintió al aire y se dejó guiar por el otro que casi lo cubría con su cuerpo como si fuese el guardián de alguien importante. Tras lograr salir de entre tanta gente comenzaron a caminar más despacio sobre la nieve hasta que el rubio casi resbaló al pisar mal y el de piel roja lo sujetó de la misma mano de la manga que había estado sosteniendo aún, el Omega se aferró a su mano calmando su respiración un poco agitada debido al pequeño susto de por poco caer al suelo helado de nieve removida que no habría acolchado su impacto.

Entonces disimulando con un oportuno estornudo tomó mejor su gran mano enguantada y no lo soltó al comenzar a caminar nuevamente faltando aún algunas calles para su primer destino opcional, el cual milagrosamente estaba abierto para aquellos que quisieran refugiarse de la nevada mientras bebían el café caliente que vendían. Por lo que se limpiaron la nieve de la ropa y entraron al lugar agradeciendo la calefacción mientras caminaban entre los pasillos, al tomar uno de los carritos el de uniforme oscuro no pudo evitar soltar una risa pequeña.

-Lo siento, es que fue un recuerdo viejo.. mis hermanos y yo siempre solíamos pelearnos de cachorros por quiénes iban dentro del carrito porque nos daba pereza caminar, al final siempre ganaba quien fuese menor por obvias razones -Sus ojos lavanda rememoraron visualmente los muchos momentos con esa descripción y sonrió empujando el carrito poniendo más atención en el rubio que en todo lo demás que lo rodeaba-.

-Creo que conozco a una.. ¿Bielorrusia, verdad?, a veces baja a dejar documentos para Laos o Estonia que está en la misma oficina que yo -Distraído con los estantes repletos de frituras o golosinas, fue más fácil hablar con relajo al eslavo que caminaba junto a él llevando el carrito, si lo sabía es porque los había reconocido comparando los Aromas mezclados que compartían-.

-Si, Bela es la tercera de nosotros así que en nuestros primeros años era ella quien iba en el carrito con las cosas, hasta que Taiwán la destronó -Rusia era feliz hablándole de su familia porque así el tricolor podría conocer más sobre él y tendría una excusa para invitarlo a su casa alguno de esos días si todo seguía tan bien-.

-Vaya.. debió ser interesante crecer con hermanos, yo era el menor entre mis tíos así que solía jugar más con las mascotas de la casa si es que no estaba leyendo en el patio -Para el Omega no era realmente algo trágico haber convivido más consigo mismo que con alguien de su generación, además de sus compañeros de escuela con los que no era tan cercano debido a sus comportamientos clasistas, algo que ni su tío Weimar ni él compartieron nunca como el resto-.

-Nuestros padres nos educaron en casa hasta antes de la universidad así que eran los únicos a los que le veía la cara a diario, aunque las travesuras eran divertidas mientras no rompiéramos nada o nos daban con el periódico -Él.. bueno, se había saltado la universidad porque era más fácil conseguir un empleo siendo un Alfa fuerte y además porque sintió la necesidad de ayudar a sus padres con las cuentas, aunque lo que les dijo fue que le aburría la idea de una carrera tras un escritorio, pero le hubiese llamado la atención algo relacionado con la medicina humana-.

-Y.. ¿Hay.. otros Omega en tu familia?.. -Preguntó Alemania por curiosidad mientras colocaba algunas latas de soda de uva que eran sus favoritas, también había tomado un par de bolsas con trufas en el camino, había visto muy pocas veces a su madre así que solo convivió de cerca con sus familiares Alfas en la mansión donde solía vivir-.

-Mi papá China, ya que luego el apestoso de mi hermano Ucrania es Delta y la chillona de Taiwán es Alfa, aunque en casa no nos guiamos por la casta, solo obedecemos al padre de turno como si nuestra vida dependiese de ello -Tomando un par de sodas de limón el Alfa habló relajado, se burlaba de sus hermanos pero sabían entre ellos que eran capaces de dar la vida por el otro, la manada debía cuidarse la espalda-.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora