Capítulo Nueve.

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El más alto recibió la fuerte bofetada de China apenas abrió la puerta de su casa, solo pudo quedarse en silencio bajando la cabeza respetando el sistema de jerarquía que había en su manada.

-¡¿Se puede saber porqué mierda te apareces tres días después como si esto fuese un hotel?!, ¡Ni siquiera contestabas las malditas llamadas y ni una sola jodida explicación de dónde estabas! -El de estrellas doradas apretaba los dientes son fuerza mientras sus ojos estaban humedecidos tanto por la rabia como por el alivio de que su cachorro estuviera ya frente a él aparentemente sano y salvo-.

El de hoz y martillo observaba mortalmente serio desde el sofá con los brazos cruzados dejando que su esposo hablara primero, mientras tanto los otros hermanos estaban escondidos en el segundo nivel asomándose por la escalera con miradas de preocupación por lo que había sucedido con el mayor de ellos.

-...Estaba.. en la estación respondiendo las llamadas hasta.. hasta que llegó la de un Omega que conozco, yo... no pensé antes de ir a buscarlo porque estaban a punto de atacarlo dos Alfas desconocidos en un callejón, él estaba tan asustado que sólo me dio tiempo de llamar a papá para darle la dirección donde los dejé. Alemania.. estaba en Celo y me pidió que lo acompañara en su casa.. -Habló con voz entrecortada con la cabeza totalmente baja arrodillado en el suelo como señal de sumisión, tragando en seco cada tantas palabras hasta que las dichas antes de su pausa tensaron a ambos adultos- Estaba aterrado de que pudiesen volver a atacarlo y me quedé con él hasta hoy.. no.. no pasó nada, se los juro, solo me quedé allí para hacerlo sentir seguro hasta que se le pasara...

-..Entonces, Rusia, ¿Dices que estuviste casi tres días enteros metido en la casa de un Omega en celo y no hiciste nada? -El tono serio y ronco del Alfa más dominante se dejó oír la fin, los menores en el segundo nivel se cubrieron la boca para no soltar ningún ruido que los delatara a pesar de su nerviosismo, el ambiente estaba tan pesado que cualquiera podría ahogarse en ese silencio aunque fuese corto-.

-Puedes llamarlo si quieres, él te explicará lo que pasó... -Rusia sacó su móvil con su diestra temblorosa, sus padres nunca lo habían lastimado, pero su desconfianza dolía más que cualquier golpe y eso lo tenía muy en cuenta cuando decidió quedarse, pero no iba a abandonar al tricolor-.

-Levántate, Rusia. -En tono de orden el carmesí dejó su sofá para caminar a pasos tortuosamente lentos hasta llegar frente al nombrado, quien obedeció con la mirada aún clavada al suelo dejando notar a kilómetros su tensión durante los segundos que fue olfateado. Para sorpresa de los que veían URSS lo tomó de las mejillas y le dio un beso en la frente para luego mirarlo a los ojos relajando su expresión- Estoy orgulloso, muy orgulloso de ti hijo, pudiste haberte dejado llevar por tus instintos pero aún así elegiste cuidar de tu amigo.

En la ropa de su hijo estaban impregnados dos distintos Aromas muy fuertes de Celo pero ninguno de las Feromonas que se soltaban al marcar la unión, lo cual confirmaba las palabras de su cachorro mayor, el cuál lo abrazó escondiéndose en su cuello como si aún fuese un niño. No querían ser tan duros con él pero realmente habían estados muy molestos y sumamente preocupados por su paradero esos días en los que no dio señal alguna de vida, China incluso se había mantenido en vela por la preocupación de saber que uno de sus cachorros no estaba.

-...Ese Omega, ¿Es acaso el muchacho del que nos hablaste antes?.. -La voz ya más suave del asiático también se dejó oír algo dudosa, mientras pensaba en porqué el de ojos lavanda estaría tan empecinado en dejar sus labores y soportar un Celo ajeno durante tanto tiempo-.

-Si.. es Alemania... -El tricolor eslavo sonrió ligeramente ya tras haberse separado de su padre, estaba bastante cansado aún y a pesar de la situación anterior su pequeña sonrisa boba volvió a florecer- Aceptó salir conmigo mañana después del trabajo..

•   •   •

Rusia se dejó caer en su cama totalmente agotado tras haberse dado una larga ducha, le iban a descontar del sueldo los dos días extra que faltó pero no importaba, el Omega más hermoso que habían contemplado sus ojos aceptó salir con él y no podía estar más feliz. Además tal vez podría comprar un pequeño postre en la pastelería y dejárselo durante el almuerzo, aunque pareciera muy precipitado realmente quería impresionarlo... poder tomar su mano y decir que era su pareja.

Se había emocionado mucho cuando al despedirse el alemán tímidamente se puso de puntillas para regalarle un pequeño y fugaz beso en la mejilla como agradecimiento por acompañarlo, podría jurar que de no haber estado tan cansado lo hubiese alzado en brazos para darle un gran abrazo de oso. Incluso casi se fue dando brincos a su casa ignorando las extrañadas miradas ajenas al ver a un Alfa tan alto actuando como un cachorro recién mimado pero lo único que le importaba eran los momentos que pasó con el menor.

-¡Rusia, apesta a perro, ya vete a dormir! -Gritó el Delta bicolor desde la habitación de al lado, el olor a felicidad del primogénito se estaba colando al resto del segundo nivel y al ucraniano se le hacía particularmente molesto sentirlo, por mas que estuviese en parte alegre por su tonto hermano-.

Un Buen ALFA (RusGer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora