Un Buen ALFA (RusGer)

Capítulo Sesenta y Uno.

Todos estaban en la tarima principal oyendo el discurso de ONU sobre las nuevas medidas que se tomarían respecto a las personas que estaban apareciendo en masa tras ser reportadas como desaparecidas, el tricolor de traje arena estaba a la derecha junto al pequeño grupo selecto que como él se encargaban de las cosas legales, mientras tanto a la izquierda de FBI estaba en americano como parte del equipo de alta seguridad encargado de garantizar la de los miembros de parlamento presentes.

Alguien entre el multitudinario público central levantó con rapidez un arma y disparó, simplemente al aire sin planes de herir a alguien, simplemente se necesitaba que el resto se dispersara lo suficiente un momento. En esos segundos percibidos como lentos apenas el característico ruido causó el terror de los presentes, sin dudar el de franjas rojas saltó contra el germano haciéndolo caer al suelo para así poder cubrirlo con su propio cuerpo en lo que su diestra sacaba el arma en su cinturón, Weimar asustado por los gritos se aferró a su pareja sintiendo sus respiraciones erráticas.

Pocos momentos después la gente se quedó quieta al ver que un gran número de personas estaba de pie con máscaras de papel periódico estaban en su mismo lugar, no hubieron más disparos y el líder Alfa del momento ordenó que no lo sacarán del lugar sofá saber qué rayos estaba sucediendo con esos individuos ahora rodeados por la policía.

Entonces la enorme pantalla que antes mostraba al de piel celeste hablando en el podio, pasó a reproducir un emblema rojo en fondo negro durante unos segundos antes de dejar ver a alguien sentado en una oficina sombría con una ventana dejando ver aves ornamentales aleteando libremente en los alrededores.

—Luego de tantos años viviendo en silencio, el cambio a comenzado, todos cuyas vidas fueron calladas serán vengados por lo que falsos líderes corruptos dejaron que sucediera.. –El de guantes negros hizo una pausa en que la de máscara Violeta se encargó de proyectar cientos de fotos de víctimas en esos segundos indicados antes de volver a enfocarlo– Este día quedará en la memoria de la sociedad que dio la espalda a quienes fueron vulnerados bajo sus ojos.

Lo único que se oía era la escalofriante voz distorsionada con dos encapuchados a sus lados, teniendo estos manos pequeñas y lastimadas a la vista del público consternado que leía las castas a la que pertenecían, tatuadas en su piel infantil.

Y la primera bomba explotó, en si nivel décimo tercero donde solían trabajar los Omega que preferían mantenerse alejados desconocidos, al ser de poco alcance por razones de seguridad propia al seguir en el rascacielos descargando información que les faltaba, las alertas no se hicieron esperar en el lugar redirigiendo la atención de los guardias que pocos momentos antes estaban al pendiente de lo que sucedía en el centro.

Alemania e Irlanda se ocultaron aterrados bajo la mesa del menor, ambos habían sido de los pocos que prefirieron adelantar algo de papeleo ese día por desgracia, por lo que el eslavo y el italiano tomaron inmediatamente sus cascos para correr pisos abajo desde el nivel vigésimo cuarto donde operaba vigilancia mientras preguntaban sobre el estado de los presentes en línea.

—¡Es la OCOI, los enmascarados están aquí también! –Apenas alcanzado su radio el de ojos naranjas comunicó en medio de su dura pelea contra amarillo que intentaba apuñalarlo antes de que pudiese saber su identidad—.

Todos los guardias que oyeron la corta transmisión palidecieron unos segundos antes de tomar sus armas para cumplir su función, debían detenerlos a como diese lugar para evitar que ocasionaran más daños que el nivel por suerte vacío.

—Nos vamos a cobrar una por una las almas inocentes que destruyeron en vida y las que llevaron a la muerte, la Castración a todos los monstruos es solo el Primer Jinete. –Las manos del gran maestro salvador de la OCOI levantó sus manos que fueron tomadas respectivamente por los niños que estaban a su lado– Ningún otro niño Omega, Gamma, Beta, Delta o Alfa volverá a ser una marioneta prescindible de esta putrefacta social elitista. No volverán a arrebatar bebés de sus madres, no volverán a usarlos como mercancía.

—¿Crees que tu guardia esté por aquí?, no te vayas a distraer para darle un besito, Casanova –Naranja soltó una carcajada baja a pesar de estar en una misión ultra importante, pero estar nervioso era peor—.

≪Me voy a distraer, pero lanzándote de la azotea antes de irnos≫

Brasil le siguió el juego al terminar de instalar su respectiva bomba y activarle el cronómetro.

A sólo algunos pocos niveles más arriba de ellos los dos guardias principales bajaban las escaleras con el alma en la boca maldiciendo que los elevadores se restringieran por seguridad al verse comprometida la estructura del edificio.

Mientras tanto las sombras se paseaban armas en mano resguardando a sus chicos de cualquier daño, desde luego dispuestos a matar sin pestañear para garantizarle su seguridad, aunque algunos gritos femeninos llamaron la atención de Sombra Dos minutos después de la segunda explosión un nivel arriba llenado todo de polvo.

Caminó por el pasillo de oficinas con sigilo para saber de qué se trataba, podría sentir dos aromas en el lugar pero no tenía más información que la posibilidad de que fuesen Omegas.

—¡Irlanda despierta, no puedes dejar solo a Dublín! –Gritó con desespero el alemán en medio de lágrimas, la mayor se había colocado sobre él justo cuando todo se comenzó a mover haciendo que pedazos plásticos del techo se desprendieran a la par en que los cristales reforzados explotaron—.

La mujer por instinto lo protegió para evitar que algo le diera en el vientre pero por ello había recibido un golpe en la cabeza que la hizo quedar inconsciente y con una laceración menor sangrando en su frente ahora cubierta por la corbata del europeo al que le temblaba hasta la respiración.

Por la puerta se asomó una máscara negra cubierta por una larga capucha, observando un momento la situación delicada antes de acercarse.