Hielo negro [TRADUCCIÓN]

Prestando atención

Cuando entraron, estaba sonando el remix de ET de Katy Perry y Kanye West. Kozmotis se encogió ante la música ruidosa, pero los niños parecían estar divirtiéndose.

"Jack, la letra de esto es repugnante..."

"¿Son ellos? Vamos —dijo arrastrando las palabras como un adolescente. "Los niños no escuchan las letras de todos modos. Solo están aquí para bailar. ¡Especialmente cuando la pista de baile está abierta de par en par!". Sopló una ráfaga de viento frío y chispeante, y las creaciones de hielo y los juguetes sobrantes fueron retirados del suelo. "¿Quién quiere hacer un pequeño concurso de baile?" Jack levantó las manos y empezó a nevar copos divertidos de nuevo. Jack dejó que los niños llenaran la pista de baile mientras se deslizaba hacia el escenario. Kozmotis puso los ojos en blanco y se hizo a un lado para mirar. Señaló los altavoces.

"Esta canción es sobre sexo", articuló Kozmotis. Jack se echó hacia atrás riéndose.

"¿No es todo música?" Dijo, girando alrededor de su bastón como un árbol bebé. Llegó el primer coro y Jack obtuvo una sonrisa diabólica. "Te mostraré que no se trata de la letra", dijo. "¡Ni siquiera escucharás el resto de la canción!" Dijo, quitándose la capa. Lo colgó en el bastón, que estaba en su lugar.

"Bien bien. Porque ella no está comparando el sexo con la abducción alienígena en este momento", dijo Kozmotis, prestando más atención a las palabras a propósito. Entonces, hubo un cambio repentino en el aire. Los ojos de Kozmotis siguieron mientras las caderas de Jack se inclinaban al ritmo y giraban con la voz del cantante. Articuló las palabras, inclinándose con fuerza de lado a lado en cada tiempo. Algunos de los niños miraban, pero la mayoría bailaba solo con la música a todo volumen. Jack dividió su atención entre el escenario y su amante, arqueándose y curvándose sensualmente sobre las voces, extendiendo los brazos y echándolos hacia atrás para mantener esos ojos dorados en él. Mientras la letra de la canción tartamudeaba, cambió a movimientos bruscos, mostrando su flexibilidad y ritmo. El escenario se movió con él, creando ángulos agudos con la música y creciendo en columnas hexagonales para que él pudiera caminar. Kozmotis estaba hipnotizado cuando Jack apareció, se trabó y se dejó caer en el escenario, de alguna manera caminando por la delgada línea entre sexual y limpio. Como se predijo, algunos de los niños mayores habían sacado teléfonos para grabar.

Un joven adolescente despejó un círculo en la pista de baile y señaló a Jack, llamándolo. Jack captó el desafío y saltó para bailar con él. El suelo se iluminaba dondequiera que pisaba. El adolescente hizo una versión suelta del robot y le pasó el baile a Jack, quien captó los movimientos y continuó. Cuando pasó el baile de regreso, agarró a algunos miedosos con su magia de cuerdas de títeres y los hizo bailar. Les hizo copiar todo lo que hacía el adolescente, y luego se le ocurrió una idea y corrió detrás del otro. Se imaginó atando los hilos mágicos al adolescente, y los miedosos comenzaron a seguirlo sin el control de Jack. Jack se rió mientras se alejaba del círculo de baile y los miedosos bailaron de regreso obedientemente.

Atravesó la pista de baile, deslizándose entre los niños que bailaban o sacaban nuevos juguetes del hielo. Kozmotis se movió, sintiendo una extraña cadena de nerviosismo cuando se encontró con la mirada oscura de Jack. La forma en que caminaba era un baile en sí mismo, y Jack tenía razón, había perdido por completo la noción de la letra a pesar de que Jack las estaba pronunciando con esos pequeños labios delgados... helados... rosados... mirando hacia arriba con ojos oscuros, negros y brillantes a través de sus ojos. flequillo escarchado, y luego Jack estuvo lo suficientemente cerca como para poder ver por la parte delantera de su sudadera con capucha a la forma ágil y delgada que mecía las caderas hacia adelante y hacia atrás y hacia adelante y hacia atrás al ritmo. Jack presionó a Kozmotis contra la pared y se acurrucó contra él, ocultando sus movimientos de los ojos errantes con unas cuantas ondas de sombra oportunas que los rodearon a ambos. Jack rodó los hombros, viendo como Kozmotis seguía cada movimiento que hacía.