Reconfortante

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Todos se veían preocupados, y por supuesto que me encontraba en las mismas, pero seguiré firme en mi decisión. Me pregunto, ¿qué pensará él de todo esto? 

—¿Y si le inyectamos el virus? — sugirió Dereck, mientras que Ian negó con la cabeza. 

—Eso no es garantía de nada, Dereck— respondió el doctor—. Cada persona, cada cuerpo y cada sistema es diferente, tú muy bien lo sabes. ¿Cuántos no han perdido la razón o han muerto ahí fuera luego de contagiarse? 

—Pero mi hermano es distinto. 

—Tomar un riesgo así solo podría traer consecuencias fatales. No sabemos si su cuerpo se adapte o si lo soporte. Además, ¿piensan condenarla al mismo infierno que ustedes han estado viviendo? Aún tu padre no ha encontrado la cura. 

—¡Lo sé, maldita sea, lo sé! — soltó Dereck frustrado. 

—Yo quiero tenerlo — dije. 

Todas ellos posaron su mirada en mí. 

—Sería incapaz de quitarle la vida a mi propio bebé. 

—Respeto su decisión. Solamente cumplo con dar mi punto de vista y recomendación en este caso. Permiso — el doctor abandonó la habitación. 

—Me recuerdas tanto a mi esposa. Hace muchos años nos encontramos en una situación similar con nuestro hijo. Gracias a Dios las cosas salieron bien. A pesar de las dificultades, ella jamás dudó en tener a nuestro bebé — respiró hondo y exhaló—. Perdónenme los dos. Sé que yo no tengo la culpa de esto, pero mi padre sí la tiene y no es justo por lo que están pasando. 

—Todo va a salir bien. No seamos negativos. Los felicito a los dos. Por fin tendré un primo o tal vez sea una prima. No puedo esperar para conocerlo — Ian siempre dando ánimos. 

—Yo también los felicito. Los dejaremos solos, tienen mucho de qué hablar.  

Dereck se fue con Ian y nos dejó a solas. 

—Sabes lo que es un bebé, ¿cierto? ¿Ese término lo conoces? 

—Sí, lo conozco — descansó su mano sobre la mía—. Y-yo no quiero que les pase nada — en su tono percibí que estaba a punto de quebrarse. 

Es la primera vez que lo veo tan afectado. 

—Sé que él panorama no pinta muy bien, pero te prometo que todo estará bien. Soy muy fuerte, aunque no lo parezca. ¿Lo olvidas? Estos puños son igual de duros que el metal. 

—Sí, sé que lo son — descansó su otra mano en mi barriga y sonrió ladeado—. Siempre tan valiente y tan hermosa. 

Sus palabras me derritieron por dentro. 

—Seré un buen papá, te lo juro. 

—No lo pongo en duda, mi amor. 

—Es la primera vez que me llamas así. 

—Eso eres para mí; mi amor. 

—Me gusta como suena en tu boca, mi Luna. 

—¿Te sientes feliz? Vamos a tener un bebé; fruto de esa pasión y amor que hay entre los dos. 

—Por supuesto que estoy feliz — removió mi cabello por detrás de mí oreja—. Tú y nuestro bebé son mi mundo, mi alegría, mi gozo, mi todo. 

Su beso en la frente fue reconfortante, me dio la seguridad y la calma que en este momento necesitaba. Mientras lo tenga aquí conmigo, sé que podré contra todo. 

En las sombras III •Tetralogía Mortal• [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora