Katie McGrath

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Ahí se encontraba ella, sentada en aquel banco leyendo con dedicación y concentración, y aquí me encontraba yo espiándola y suspirando por ella mientras me escondía tras el escaparate de la tienda de helados donde trabajaba.

-Deja de mirarla así, cualquiera que se diese cuenta parece que le vas a hacer algo.

Miré a mi compañera suspirando.-Es que es tan...

-Perfecta, hermosa y delicada.-terminó la frase por mi ya que siempre repetía lo mismo.

-Exacto. ¿Acaso tu no lo ves?

Ella se asomó un poco.-Lo que yo veo es que está mirando hacia aquí.

-¡¿Qué?!-me puse nerviosa al instante y traté de esconderme resbalándome y cayendo al suelo para luego sentir algo pegajoso en mi cuerpo.

-Esto suelo necesita una limpieza.-comentó Mei al ver que había resbalado por restos de helados derretidos.

-Auch... Déjate de estupideces y ayúdame.

-Eres tu la que está haciendo la estúpida.-me dio su mano para ayudarme.-Lo que no entiendo es por qué aun no has ido a hablarle en vez de espiarla y parecer una psicópata.-se limpió su mano en el delantal del uniforme.

-Cállate.-murmuré.

-Como quieras... ¿Podrías atender por favor? Voy a limpiar esto.

-Claro, ahora mismo. Buenas tardes bienvenida ¿qué desea?

-Buenas, ¿me podría dar un cucurucho de vainilla por favor?

-Ahora mismo.-terminé de limpiarme y alcé la mirada congelándome al instante.-Dios mío...-murmuré.

Sus ojos verdes me hipnotizaron al momento, su palida piel, sus labios pintados de rojo que te incitaban a la locura, esas cejas perfectas que hacían de su aspecto algo intimidante, desde lejos nunca pude apreciar toda esta belleza. Es un ángel.

-¿Disculpe? -alzó las cejas.- ¿Está bien?-alzó una ceja terminando de matarme por completo con esa sexy mirada.

-Ehh...- agité la cabeza.- Si si lo siento, un cucurucho de ángel, digo de vainilla, una belleza de vainilla. -me mordí internamente tratando de callarme para dejar de hacer la estúpida. 

Agarré la cuchara de helados y una servilleta para enrollar el cucurucho en esta y poner dos bolas de vainilla. Le acerqué el cucurucho. 

-Invita la casa.-le sonreí evitando volver a decir alguna tontería.

-Oh no, no tiene por qué.-intentó rechazar.

-Insisto.-le alcancé mejor el helado y ella lo agarró tocando levemente mi mano produciendo que un repelús viajase por toda mi columna y dejarme la piel de gallina.

-Muchas gracias.-sonrió, oh dios santo, cuanto daría por verla sonreír todos los días.



.....

-Mirar el banco cada 5 minutos no va a hacer que aparezca.

Bufé, había pasado aproximadamente dos semanas desde aquella interacción y ella no había vuelto, ¿habrá sido mi culpa? tal vez se sintió incomoda con las bobadas que solté. Hice un leve puchero pensando en ello.

-Tal vez esté de viaje.-trató de animarme mi otro compañero.

-O tal vez se espantó porque se sentía acosada de que una persona esté mirándola todo el rato mientras lee.-dijo Mei.

-¡Oye no!-puse morritos.-Espero que no sea eso... que idiota soy.

-O tal vez esté entrando por la puerta ahora mismo.

One shots (Famosas y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora