Jo Wilson

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Segunda parte.


-¡Cariño mira lo que he comprado! -entré por la puerta de casa con un par de bolsas de una sexshop.

Fui a la sala donde pude encontrarla en el sofá abrazada y me senté a su lado con ilusión.

-Mira lubricantes, dos vibradores, un plug anal quiero aventurarme de cierta forma, condones de sabores.-la miré.-Podemos jugar a adivinar el sabor.-moví las cejas.

-Un poco tarde para comprar condones.-fruncí mi ceño.

-Pero son de sabores.-miré la caja buscando la fecha de caducidad.

Suspiró levemente y me quitó las cosas del medio para sentarse sobre mi dejando una pierna a cada lado de mi cuerpo, rodeando con sus brazos mi cuello y mirándome fijamente. Alcé ambas cejas ante tal acción y la miré expectante.

-¿Pasa algo? No me digas que ya los probaste y no te gustan.

Ella rió.-Eres demasiado lenta mi amor.-subió una mano a mi mentón y lo perfiló con sus dedos.

Su forma de actuar me estaba dejando completamente confusa a la par que embobada pues estaba siendo demasiado tierna, pero aun seguía con duda.

-Soy lenta... ¿no te gusta como lo hago? ¿te gusta más rápido? Yo pensé que eras duro y lento, como siempre lo hacem...

Llevó su mano a mis labios y pellizcó suavemente reteniendo estos entre sus dedos.-Shhh...

Esto se estaba volviendo muy raro, su forma de actuar me estaba descolocando. Se veía serena y en sus ojos podía observar un brillo nuevo.

-Te amo.-dijo después de un largo rato en silencio, no me dejó contestar porque aun seguía con mis labios entre sus dedos.-Eres tan... especial.-rió, yo sin embargo dejé de pensar y moví mis manos a sus caderas para atraerla más a mi y abrazarla para escucharla.-Inteligente para lo que quieres.-sus dedos soltaron mis labios y comenzó a acariciar mi rostro con suavidad.

-¿Debería sentirme ofendida?-ella negó con una sonrisa.-Estas muy rara Jo... pero extrañamente me da cierto regustín, tus ojos tiene un brillo especial.

Sonrió aun más y se acercó a besarme con delicadeza, sus labios tan suaves se movían sobre los míos de forma lenta dejándome la sensación de querer más y más, sus manos sujetaron mi cabeza con cuidado y profundizó el beso volviéndome loca. Mi pecho se hinchaba de tanto amor que tenía por ella, me sentía como una adolescente. Nos separamos cuando el aire comenzó a faltar sin embargo Jo siguió dejando pequeños besos sobre mis labios, haciendo un camino por toda mi cara hasta llegar a mi cuello dejando un par y abrazándome para recargar su cabeza en mi hombro.

Ante su extraña actitud no sabía que hacer, lo estaba disfrutando como una niña pero la curiosidad del por qué me comía por dentro.

-Vamos a ser madres.-susurró en mi oreja con su voz ligeramente ronca.

Mi cabeza procesó todo de forma inmediata dejándome en shock por varios minutos.

-¿En serio?-al fin me pronuncié.

-Completamente.-sacó su cabeza del hueco para mirarme fijamente.-Tengo un mes.

-Un mes...-en mi cabeza recapitulé hasta encontrarme en la salita de descanso y todo comenzó a cuadrar.

Ella buscaba mi mirada queriendo saber mi opinión y se la hice saber de inmediato.

-Cásate conmigo.-la miré fijamente.

-¿Qué?

-Cásate conmigo.-repetí.-Quiero.. no, necesito tenerlo todo contigo. Quiero que nos casemos, quiero darle mi apellido y quiero dártelo a ti también.

Notaba que estaba algo asombrada.-Wow.. esto, esto debería de tenerte a ti impresionada no a mi.-me miró por unos segundos callada.-De acuerdo.-confirmó.-Pero.-alzó una mano sellando mis labios con un dedo.-Primero quiero tener al bebé y cuando consiga la baja nos casaremos.

Lo pensé por un momento y asentí de acuerdo.

-No sabes lo feliz que soy ahora mismo.-dije emocionada besando sus dedos.

-Podemos celebrarlo.-estiró una de sus manos agarrando la caja de condones.

-Eso no es necesario ahora mismo, si quieres adivinar sabores puedo coger cosas de la cocina.

-Suena interesante.-mordió su labio.

-Mierda.-dije empezando a excitarme.-Voy a por las cosas.-la recosté sobre el sofá con sumo cuidado y la besé para levantarme e ir a la cocina. 

Comencé a buscar agarrando mermelada, nata, chocolate. Antes de pasar el marco de la puerta de nuevo me paré y pensé, un bebé... una boda. La miré sobre el sofá esperando mientras leía instrucciones de una caja cualquiera y sonreí, mi vida no puede ser más perfecta.







No tenía pensado hacer segundas partes pero me hacía gracia la situación de dejarle al lector pensar los futuros tras los actos sucedidos en las historias, en este caso fue hacerlo a pelo, podría ser una situación evidente esta y entonces os busqué un posible fin.

Espero que lo disfrutéis os leooo.😏❤

One shots (Famosas y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora