Olivia Rodrigo

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La música resonaba con fuerza por toda la discoteca, no era capaz de tener pensamientos claros, tan solo hacía las cosas por intuición y placer. Dejé de llevar la cuenta de chupitos hace rato, tan solo me los daban y yo los bebía al momento.

-Voy al baño. - le dije a uno de los conocidos.

Se habían vuelto mis nuevos hábitos, ir de discoteca en discoteca, beber, fumar, follar, alguna vez probé alguna que otra sustancia pero no me terminó de convencer.

Encerrada en el baño sentada en el váter fue cuando mi mente volvió en sí y volví a pensar en ella. Mordí mi labio con fuerza aguantando el llanto, termiando de realizar mis necesidades para salir a lavarme las manos y la cara quitando cualquier rastro de lamento.

Buscando en mis bolsillos aquel nuevo amigo que me hacía olvidar un poco el momento.

-Mierda. - salí de los baños y caminé de nuevo a mi grupo. - ¿Tenéis algo para mi?

-Toma guapa. - abrió su riñonera y de ella sacó un porro con el mechero.

-Gracias, te debo una. - lo encendí y le devolví el mechero.

Calada tras calada eso empezaba a pegarme fuerte, pues entre el alcohol y lo cargado que iba no podía aguantarlo mucho.

-Cariño, te presento a mis padres.

-Entonces, ¿estás con una mujer? - la mirada de su padre hacia a mi no era muy amigable.

-¡Papá! ¿Qué te dije? - le regañó.

-Lo siento hija pero la veo aun muy... niñata.

Las primeras impresiones nunca fueron lo mío.

Último vaso acabado decidí comenzar mi camino de vuelta a casa. Por el momento nunca me pasó nada, aunque voy demasiado ciega como para enterarme de algo.
De alguna forma u otra me encontraba metiendo las llaves y abriendo la puerta.

Respiré profundo dejando las llaves por ahí y caminando a mi habitación, tirándome sobre la cama y quedando dormida al instante.

-Me gusta esta casa. - la miré y sonreí.

-A mi también me parece genial, ¿la compramos?

Olivia asintió con ilusión y fuimos a hablar con el comerciante.

Otra mañana más, me levanté de un salto yendo al baño para vomitar todo lo consumido en la noche. Limpiandome los dientes pude divisar en mi cuello cierta marca roja. Suspiré y la tapé con maquillaje para luego ir a por una aspirina.

Mi cabeza no paraba de dar vueltas y tan solo me tiré en el sofá para volver a dormir.

-Despierta mi amor. - murmuro sobre sus labios y ella sonríe, dejo pequeños besos sobre estos.

-Mmm... me encanta como me despiertas.

-A mi me encanta despertarte. - ella abrió los ojos y me quedé hipnotizada.

-Eres muy dulce. - acarició mi mejilla.

-Solo contigo mi reina. - susurró y vuelvo a besarla.

Termino de arreglarme y salgo por la puerta camino a otra noche de nuevos hábitos. Era consciente de como me estaba destruyendo por dentro pero no podía parar, esto era lo único que me hacía olvidarla y sacarla de mi mente por un largo tiempo.

Nada más entrar divisé a mis nuevos amigos dejando un par de besos en algunos de ellos y comenzando aquella larga noche.

-Te presento a Russell.- aquel husky de pelaje marrón saltó sobre mi para saludarme a lametones.

-Aaaww.. Qué cosa más linda. - lo abracé acariciandolo.

-Se ve que le caes bien.

-Que puedo decir, tengo mi encanto. - sonrío y ella ríe.

Salgo del baño detrás de un desconocido después de la sesión de sexo que tuvimos y voy de camino a la barra a por algo para hidratarme.
Esperando miro un punto fijo, el ruido en mi cabeza se hace mayor, intento aclararme un poco pero solo puedo verle a ella.

Agito la cabeza y agarro la cerveza recién servida para pagar y retirarme mientras bebía.

-¿Qué cojones...? - llegaba de trabajar y después de buscar a mi novia por toda la casa encontré la habitación vacía y una nota en la cama que solo ponía "LO SIENTO"

Aun sin creermelo la llamaba al teléfono pero solo saltaba el contestador.

-Creo que me voy a casa. - dije al ver la hora.

-¿Ya te vas? ¿No quieres la última?

Negué. - Tuve suficiente por hoy.

-¿Quieres que te lleve? - dijo una chica.

-No gracias, estoy bien.

Salí de ahí montandome en mi coche, al ver que no era ni capaz de introducir la llave salí y decidí ir andando. Hacía algo de frío y como idiota me había quitado la chaqueta dejándola en el coche.

Al llegar a mi edificio me lleve un pequeño rato llamando al porterillo con la esperanza de que ella me abriese.

-¿____? ¿estás bien? - un vecino salía del edificio.

-Si... - quité mis lágrimas con la mano. - No se preocupe. - entré por la puerta y me dirigí a mi departamento.

Al entrar de forma automática caminé a la habitación cayendo sobre la cama.

-Nunca volverá... - murmuré y entre sollozos acabé dormida.







Volvi a escuchar esta canción y de cierta forma me inspiró.
Espero que os guste.

(Por cierto, puse Olivia Rodrigo por poner a alguien la verdad, puede funcionar con cualquier persona, esto era solo por probar)

Os leoo💜

One shots (Famosas y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora