Hailee Steinfeld

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La fiesta estaba a reventar, no me sentía muy cómoda lo reconozco pero porque soy más de fiestas íntimas, 6 o 7 personas no más de 15 donde nos conocemos todos o la mayoría y jugamos varios juegos de mesas mientras bebemos. Esto no, estas fiestas de llenar una casa de chavales hormonados no era lo mío, eso se quedó en la adolescencia.

-Vamos no seas aburrida, baila un poco conmigo.

Bufé. - Es que no me siento cómoda Hai, esto es... agobiante. Son muchos críos con las hormonas revolucionadas intentando meterla en el primer agujero que puedan.

-Hola guapas. - un par de adolescentes algo tocados de alcohol se nos acercaron. - ¿Queréis disfrutar un rato? - uno de ellos se sentó a mi lado con toda la confianza.

Yo me eché hacia atrás inmediatamente por varias cosas, la peste de alcohol y sudor que llevaba encima, segunda y última, necesidad de espacio personal.

-No pienso aguantar esto. - me levanté y al segundo noté como el niño hormonal decidió poner su mano en mi trasero pegándome una nalgada.

-Alaaa que pedazo de culo, esta la quiero yo. - le dijo a su amigo.

Inmediatamente me giré sobre mis talones y sin paciencia alguna mi puño acabó en su cara.

-No me vuelvas a tocar, puto degenerado. Se acabó no vuelvo a venir a un lugar así jamás.

Con el enfado de mil demonios salí de aquella casa con Hailee pisandome los talones.

-Hey ____ para por favor.

Al llegar a mi coche paré junto a la puerta.

-¿Qué quieres Steinfeld?

-Oye a mi no me hables así.

Suspiré y me agarré del puente de mi nariz.

-Lo siento, ¿qué necesitas Hai? - volví a preguntar con más paciencia.

-¿A dónde irás?

-Lo más probable a casa, ¿quieres que te lleve a la tuya?

Ella solo asintió, abrí mi coche para poder subir mientras ella lo rodeaba para entrar por el copiloto.
Me puse el cinturón bajo su atenta mirada y arranqué. El camino a su casa era silencio, no se si incómodo o no, estaba lo bastante centrada pensando en lo que había sucedido anteriormente y en la carretera.

Una vez llegamos a su casa aparqué en su puerta esperando a que bajase.

-¿Quieres pasar? - preguntó aun sin quitar la mirada de mi, como en todo el trayecto.

Niego. - Necesito descansar. - la miré al fin.

Ella asintió lentamente y se quedó un rato mirándome como pensando algo.

Sin más se acercó para despedirse de mi con la única diferencia que aquel beso acabó en mis labios y no en mi mejilla.

Estaba desconcertada pero la suavidad que tenía me estaba deleitando y surgía una nueva necesidad en mi que desconocía por completo.

Tras un largo y suave beso, sin más bajó de mi coche y entró por la puerta de su casa.

Me tomó varios minutos volver a mi para arrancar de nuevo e ir a mi casa. Por el camino mi cabeza no hacía más que repetir aquella escena surgiendo en mi la necesidad de hacerla realidad una y otra vez, no comprendía este nuevo sentimiento y tampoco sabía porqué lo había hecho.

Hailee y yo nos llevamos conociendo desde hace 10 años, desde el instituto dónde al verla por primera vez me sentí en el pecho una emoción nueva, me enamoré de ella, pero al saber que tenía pareja tan solo traté de ser su amiga. A menudo que nuestra vida iba pasando ella y yo acabamos siendo mejores amigas. Ella me contaba todo y yo a ella, eso incluía todas las parejas que tuvo o con las personas que estuvo haciendome llegar a una realidad dónde tenía que seguir con mi vida pues ella no se fijaría en mi.

Yo por mi parte estuve con un par de chicas, nada serio, y también algun chico que otro por experimentar, sin malas intenciones claro.

Nunca llegué a pensar que el día dónde probaría un poco de ella aunque sea llegase.

....

Me encontraba en mi trabajo, soy abogada y ahora mismo estoy terminando un juicio de puras bobadas, trabajo para una familia dónde a su hijo adolescente pillaron intentando robar un coche si bien era cierto que el idiota lo intentó, yo por muy feo que suene tengo que evitar que lo descubran, es trabajo.

Una hora más tarde había ganado el caso, no es por echarme flores pero soy una de las mejores del distrito y este caso era muy fácil.

Me despedí de la familia después de contarme que iban a llevar a su hijo a un internado, cosa que sinceramente no me interesa, y caminé hacia mi coche encontrándome con la sorpresa de que Hailee se encontraba allí.

-¿Hailee? - había pasado una semana desde aquel beso y ella me evitó a toda costa.

Podía notar su nerviosismo.

-____... - me miró apenada pero sin embargo corrió a abrazarme.

Correspondiendo el abrazo le pregunté. - ¿Qué haces aquí?

-Quería pedir disculpas.

-¿Por?

Nos alejamos un poco aunque nuestras caras tenían cierta cercanía.

-Por mi inmadurez...

-No pasa nada pequeña, lo entiendo. - realmente no del todo.

Sus ojos fueron a mis labios y yo sin evitarlo la imité, de nuevo volví a sentir como mi pecho se hinchaba de aquella necesidad nueva.

-Me gustas.

-¿Te estas declarando?

Ella miró a mis ojos y vió cierta burla en ellos, me empujó suavemente con molestia.

-Si idiota, no lo estropees.

-Perdón, ¿te estás dando cuenta de la situación? Es la primera vez que se me declaran en la puerta de mi trabajo.

-Oh dios... - bufo. - De una idiota me tenía que enamorar... -murmuró pero la escuchaba perfectamente.

Reí y la empujé con cuidado acorralandola contra mi coche.

-¿Te cuento mi historia cursi o prefieres que pasemos a la acción y más tarde nos contamos los cuentos?

-Hablas demasiado, voy a quitarte esa manía.

-Pues más te vale empezar ya... - casi sin dejarme terminar sus labios sellaron los míos.

Solo a mi me pasan estas locuras.












Solo os voy a decir una cosa, si.
Ya está, "Si" es la respuesta a todo.

Disfrutadlo, os leoo❤️

One shots (Famosas y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora