One shots (Famosas y tu)

Gigi Hadid

-Espero que estés preparada para hoy.

Tan solo asentí guardando un par de libros en el casillero que la universidad nos proporcionaba a cada alumno.

-No necesito hacer mucho igualmente. - vacilé.

-Yo no me confiaría tanto.

-¿Dudas de mi? Estoy invicta. - lo miré con una sonrisa.

-Si... pero ya sabes que a los que trapichean con el dinero no les suele gustar eso.

-No te preocupes, es solo otra pelea más.

Vi como se encogió de hombros.

-Hermanas a la vista, sonríe y disimula como si no tuvieras una pelea hoy. - dijo entre dientes.

-Calla imbécil. - le pegué en el brazo y me giré para ver como mi novia y mi cuñada venían a nosotros.

-Hola mi amor. - se acercó a besarme y yo lo correspondí con gusto. - ¿Por qué le has pegado? - miró a su hermano.

-Por estúpido.

-Tiene sentido. - dijo Bella y Anwar se hizo el ofendido.

Solo negué y miré a Gigi. - ¿Cómo has dormido?

-Mal, no quisiste quedarte anoche. - hizo un puchero.

-¿Anoche estuvo en casa? - preguntó Anwar.

-Tienes suerte de tener la habitación lejos.

-No inventes no hicimos nada. - dijo mi novia y yo solo reí a lo que ella tiró de mi oreja.

-_____ por favor, ten un poco de respeto al menos a tu mejor amigo.

Rodé los ojos. - Tengo que ir a clases cariño, luego nos vemos. - le dejo un casto beso y me marcho a clase.

....

-¿Te quedas hoy a cenar?

Estábamos acostadas en la cama de Gigi ella con su cabeza en mi pecho mientras acariciaba mi abdomen metiendo su mano debajo de la camiseta.

-No puedo rubia, tengo que cuidar de mi madre. - en parte era verdad.

-¿Cómo se encuentra? - me miró.

Suspiré. - Igual, ni mejora ni empeora.

-¿El tratamiento no hace nada?

Mordí mi labio. - Han tenido que pararlo porque no le hace bien. - mentí.

Mi madre llevaba enferma desde hace un año casi, al principio podíamos pagar un buen médico gracias a los ahorros y el trabajo de mi padre pero un día al ver que mi madre no mejoraba empezó a beber, uno de aquellos días llegó tarde y borracho al trabajo y lo despidieron, nos echó la culpa por haberle destrozado la vida diciendo que si mi madre hubiera muerto pronto el no tendría porqué gastarse aquel dineral en medicamentos y vivir la vida que el quiso.

En ese momento fue cuando hice lo valiente que considero que he hecho en toda mi vida, lo encaré y lo eché de casa a patadas.
Al contarle todo lo sucedido a Anwar el me dijo que podía ayudarme pero necesitaba ponerme en forma.

Fue ahí cuando empezaron mis peleas ilegales con las que gracias a ellas pude seguir pagando el tratamiento de mi madre. Pero no todo era felicidad, ella comenzó a empeorar y las facturas cada vez eran más caras.

Gigi una noche descubrió en todo el mundo en el que me había metido y me prohibió por completo volver, con lo cual tuve que dejarlo y buscar un trabajo de verdad, pero no era suficiente. Y aquí me hallo, volviendo a pelear pues al no conseguir el dinero suficiente pararon de golpe el tratamiento y eso le ha afectado considerablemente a mi madre.