Eiron, esperando a sus compañeros fuera del salón, estaba sentado junto al rio mientras miraba confuso la bolsa manchada de sangre. Esbozando una mueca la enjuagó el en agua y la sangre comenzó a desvanecerse.
— ¿Qué se supone que haga con esto? — pensó en voz alta —, ¿debería abrirlo? Ese hombre insistió en dármelo, es mío ahora, ¿no? ¿estará bien? — Eiron se llevó las manos a la cabeza — ¿qué debo de hacer?
— ¿Todo bien?
Eiron giró el rostro y Paris llegó a su lado con cuatro espadas ornamentales.
— Paris, hola. ¿Dónde están los otros? — cuestionó.
A lo lejos, mirándolos, Ark tomó una gran bocanada de aire, juntó los dientes, colocó su lengua en arco y, empujando el aire con fuerza, soltó un silbido rasposo, como si estuviese llamando a un gran felino a todo pulmón. La gente se detuvo de golpe, guardó silencio y giró en dirección del sonido, incomodos y con disgusto, Ark permaneció con semblante serio mientras que Ryu, disimulando su sonrisa, levantaba la mano para saludar a Eiron y a Paris. Sin contenerse, Eiron imitó la acción.
— Cuando él lo hace, más gente voltea — aseguró Ryu.
— Sus pulmones son más grandes — se defendió.
— Ya era hora — exclamó Paris —, entremos, apresuró.
Dentro del salón de entrenamiento hecho de madera, fuertes rayos de sol entraban por las ventanas, alejando toda sombra y realzando la calidez del lugar. Algunos muñecos de prácticas, armas de punta roma, escudos y enseres, adornaban las paredes el lugar e incluso mostraban el desgaste sufrido en el transcurso del año. El instructor pasaba lista a sus alumnos conforme llegaban y al ver llegar entrar a los jóvenes, negó con la cabeza antes de pasarles lista.
— ¿Nombres? — inquirió con desgano.
— Paris Orfel.
— Ryu Pentryl.
— Arkeon Mondragón.
— Eiron Shadow.
El instructor levantó la cara y miró con seriedad a los muchachos, tras suspirar y recordar que solo tendría que estar con ellos un día más, retomó la compostura e instruyó.
— Seré breve, mañana será su graduación. En la primera hora, joven Eiron — mencionó mirándolo — tendrá su combate de muestra. Recuerde solo es de exhibición, no necesita lesionar a su contrincante, solo demostrar lo que ha aprendido, tal como lo ha hecho siempre.
— Lo tengo presente — aseguró Eiron.
— Después, al terminar la exhibición, una trompeta sonará dando y se procederá con la ceremonia. Ahí, nombrando a todos por su nombre, se les darán las cartas del señor Waterfall dirigidas a las universidades que ustedes indiquen. ¿Ya saben a cuáles irán? — preguntó tomando una pluma, listo para apuntar.
— La universidad de galenos de la capital en Zigma — pidió Ryu.
— No esperaría menos — asintió el instructor satisfecho.
— La universidad de abogados, en Zigma — pidió Paris.
— Serás de gran ayuda a tu padre en la cofradía — reconoció el maestro.
— La armería de Zigma.
El instructor levantó la cara y miró a Eiron con satisfacción.
— Tu padre estaría honrado.
Tras lo cual, las miradas recayeron en Ark.
— ¿Ya has decidido lo que quieres ser? — el instructor se llevó una mano a la cabeza.
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Erasus Drakone
FantasyCuando obtenemos lo que más deseamos ¿crecemos? ¿cambiamos? ¿mejoramos? ¿nos volvemos avariciosos? ¿morimos en paz? El reino entero se encamina a su destrucción, la sociedad busca lo suyo y cada uno busca su propio bienestar. ¿Para qué salvarlos s...