6 - Recuerdo de graduación

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Eiron, esperando a sus compañeros fuera del salón, estaba sentado junto al rio mientras miraba confuso la bolsa manchada de sangre. Esbozando una mueca la enjuagó el en agua y la sangre comenzó a desvanecerse. 

— ¿Qué se supone que haga con esto? — pensó en voz alta —, ¿debería abrirlo? Ese hombre insistió en dármelo, es mío ahora, ¿no? ¿estará bien? — Eiron se llevó las manos a la cabeza — ¿qué debo de hacer?

— ¿Todo bien?

Eiron giró el rostro y Paris llegó a su lado con cuatro espadas ornamentales.

— Paris, hola. ¿Dónde están los otros? — cuestionó.   

A lo lejos, mirándolos, Ark tomó una gran bocanada de aire, juntó los dientes, colocó su lengua en arco y, empujando el aire con fuerza, soltó un silbido rasposo, como si estuviese llamando a un gran felino a todo pulmón. La gente se detuvo de golpe, guardó silencio y giró en dirección del sonido, incomodos y con disgusto, Ark permaneció con semblante serio mientras que Ryu, disimulando su sonrisa, levantaba la mano para saludar a Eiron y a Paris. Sin contenerse, Eiron imitó la acción.

— Cuando él lo hace, más gente voltea — aseguró Ryu. 

— Sus pulmones son más grandes — se defendió.

— Ya era hora — exclamó Paris —, entremos, apresuró. 

Dentro del salón de entrenamiento hecho de madera, fuertes rayos de sol entraban por las ventanas, alejando toda sombra y realzando la calidez del lugar. Algunos muñecos de prácticas, armas de punta roma, escudos y enseres, adornaban las paredes el lugar e incluso mostraban el desgaste sufrido en el transcurso del año. El instructor pasaba lista a sus alumnos conforme llegaban y al ver llegar entrar a los jóvenes, negó con la cabeza antes de pasarles lista.

— ¿Nombres? — inquirió con desgano. 

— Paris Orfel.

— Ryu Pentryl.

— Arkeon Mondragón.

— Eiron Shadow.

El instructor levantó la cara y miró con seriedad a los muchachos, tras suspirar y recordar que solo tendría que estar con ellos un día más, retomó la compostura e instruyó.

— Seré breve, mañana será su graduación. En la primera hora, joven Eiron — mencionó mirándolo — tendrá su combate de muestra. Recuerde solo es de exhibición, no necesita lesionar a su contrincante, solo demostrar lo que ha aprendido, tal como lo ha hecho siempre. 

— Lo tengo presente — aseguró Eiron. 

— Después, al terminar la exhibición, una trompeta sonará dando y se procederá con la ceremonia. Ahí, nombrando a todos por su nombre, se les darán las cartas del señor Waterfall dirigidas a las universidades que ustedes indiquen. ¿Ya saben a cuáles irán? — preguntó tomando una pluma, listo para apuntar.

— La universidad de galenos de la capital en Zigma — pidió Ryu.

— No esperaría menos — asintió el instructor satisfecho.

— La universidad de abogados, en Zigma — pidió Paris.

— Serás de gran ayuda a tu padre en la cofradía — reconoció el maestro.

— La armería de Zigma.

El instructor levantó la cara y miró a Eiron con satisfacción.

— Tu padre estaría honrado.

Tras lo cual, las miradas recayeron en Ark.

— ¿Ya has decidido lo que quieres ser? — el instructor se llevó una mano a la cabeza.

Erasus DrakoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora