han arriesgado mucho, cualquier ayuda, por poca que sea, podría marcar la diferencia — consideró Lovy mirando a Tremor.
— Yo iré — resolvió Tremor —, Shatten ya ha usado mi corazón, es una ventaja.
— Nadie irá a ninguna parte — habló molesto el joven —. Tardamos años para librarnos de ese hombre y ahora que podemos escapar, ¿quieren enfrentarlo?
— ¿Tú no?
De nuevo silencio.
— Si no quieres ir, iré yo — Lovy, decidida, comenzó a regresar al revellín.
— De eso nada — de inmediato, Necro se puso en su camino —. Está bien, lo reconozco, aún no perdono a ese loco por usarte, Tremor. Me he contenido por temor a alguna represalia, pero ahora...
— Ahora hay una oportunidad — reconoció Lovy.
— Ya no estamos solos — añadió Tremor.
Necro sopesó la situación, ahora había aliados no solo fuertes, si no con dragones y la capacidad de hacer frente a Shatten.
— Iré con una condición, quiero que te vayas de aquí. Cuanto antes, mejor — explicó dándole la esfera de niebla.
— Yo también puedo pelear — aseguró la joven.
— Quizá, pero yo no podría — se sinceró —. Estaría demasiado preocupado como para concentrarme. Estaré mas tranquilo sabiendo que estás a salvo.
La joven, aunque no quería, entendía.
*****
Taor creó otro espejo delante de él, esta vez Lagasse y Grecíl aparecieron por la parte trasera de la puerta.
— ¡Nos ha sacado! — exclamó Grecíl levantándose y corriendo hacia la puerta.
Ambas intentaron abrirla, pero su peso y su dureza eran demasiado para ellas.
— Intentaré romperlas — alertó Lagasse haciendo que su amiga se alejase.
Por dentro, Taor luchaba con maestría contra el grupo de Aisac y los dragones. Eiron creó un feroz tornado, siendo tragado por un espejo que lo direccionó contra Paris. Silver lanzó un gran trozo de hielo, pero este se despedazó contra un muro de tierra. Aisac disparó una flecha al tiempo que Sable y Galas atacaban al mismo tiempo, sin embargo, Taor lanzó una fuerte descarga eléctrica que los aturdió. Exilio, por su parte, lanzó un feroz trueno contra el decreto, pero fue golpeado por un rayo de luz que lo encegueció. Roger esperaba una oportunidad, pero Taor creó cientos de Trazos de tinta, inmovilizándole.
* * * * *
— Señor Shatten, ésta es la gema del fuego.
Dentro de la última sala del castillo, el decreto Zaín otorgaba la gema en las manos de Shatten. El amo de los decretos, con los ojos brillantes y las manos temblorosas, tomó aquel místico cristal bañado en sangre.
— Gracias — Shatten tomó la gema y dio un abrazó rápido a Zaín —. Debo darme prisa — habló para sí y justo cuando razonó regresó la mirada — Zaín, ¿podrías acompañarme en este momento? Mi meta está cerca y quisiera compartirla contigo.
— Será un honor, señor — habló el guerrero con mirada triste.
Zaín caminó tras Shatten con prisa, el señor de los decretos estaba ansioso y no podía ocultarlo. Una vez más, en el último salón del castillo el decreto tembló al ver las puertas abrirse delante de su amo.
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Erasus Drakone
FantasyCuando obtenemos lo que más deseamos ¿crecemos? ¿cambiamos? ¿mejoramos? ¿nos volvemos avariciosos? ¿morimos en paz? El reino entero se encamina a su destrucción, la sociedad busca lo suyo y cada uno busca su propio bienestar. ¿Para qué salvarlos s...