175 - Madera

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Eiron luchaba contra la estatua de madera al tiempo que intentaba proteger a Ark.

— Deja que esa cosa me ataque — pidió Ark aun no repuesto de su pelea con Sairus.

— ¡Estás loco! Te matará a instante.

Ark y Eiron fueron alcanzados por una enorme raíz que los golpeó cual látigo, haciéndolos caer al suelo mientras crujían sus huesos.

— Creo que eso fue mi espalda — habló Eiron al tiempo que se incorporaba, pero Ark, debilitado, no lograba hacerlo. 

— Usted puede, amo. Solo un poco más — animó Bravo, adolorido. 

— Vamos, solo es este enemigo, derrotar a Shatten y regresar a casa, falta poco para que descansemos — aseguró Auge.

Ark no tenía fuerzas, pero tomando el brazo de Eiron le miró a los ojos.

— Toma, dale un golpe limpio por mí.

La estatua volvió a atacar con una especie de látigo hecho de raíces, Eiron esperó hasta el último instante, aguardando el momento oportuno.

— ¡Ahora, amo! — indicó Auge.

Las raíces fueron cortadas por Stilleto, apenas hubieron tocado el piso se pudrieron al instante. Confiado, Eiron se lanzó contra la estatua, ésta, sin raciocinio, atacaba con raíces, pero Stilleto las cortaba y marchitaba al instante. Poco a poco, el veneno de Stilleto hizo efecto y la estatua comenzó a pudrirse de forma grotesca, adquiriendo todo su cuerpo un color gris verdoso.

La victoria les hubiera sido dulce de no ser porque la estatua comenzó a retorcerse de forma violenta y espeluznante, como si sintiera en carne propia el veneno de Stilleto. El dragón de madera se convulsionó varias veces, vomitó un líquido negro oleoso y poco a poco su cuerpo se despedazó desde adentro de la forma más horrible, trayéndoles amargos recuerdos.

Así habían vencido los dragones a sus adversarios cuando la tierra tembló y un sentimiento de terror invadió sus cuerpos.


Erasus DrakoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora