El paso de un lugar a otro fue repentino y brusco, tras haberse adentrado en el portal, una luz blanca los cegó seguido de un destello abrupto y un cambio de ambiente. Cuando reaccionó, Ark sintió un viento frio, el pasto húmedo y una fuerte incomodidad.
— No veo a nadie alrededor — señaló Bravo observando a lo lejos el complejo diseño del revellín de Komodo.
Ark miró con atención el horizonte, respiró hondo y se enfocó.
— Tenemos poco tiempo — reconoció —, con algo de suerte Shatten tendrá piedad.
Bravo contemplo las grandes y complejas murallas del castillo formando diseños pentagonales, repleto de pasillos y pisos en niveles. Cuatro enormes puertas negras frontales apuntaban a los puntos cardinales. Los jardines elegantes y la naturaleza salvaje que rodeaba el revellín daban una vista contrastante y compleja.
— ¿Bravo? — Ark notó a su dragón pensativo — ¿Estás bien?
— Sí, todo bien — respondió con una sonrisa tenue —. Recordaba la charla que tuvimos con Shatten y los decretos.
El viento sopló y un aire refrescante cruzó por el cuerpo del joven.
— Esto será difícil — Bravo estaba preocupado.
— Demasiado, pero estamos juntos — le animó el joven.
Ambos se miraron, sonrieron y sin decir más, caminaron hacia el castillo.
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Erasus Drakone
FantasíaCuando obtenemos lo que más deseamos ¿crecemos? ¿cambiamos? ¿mejoramos? ¿nos volvemos avariciosos? ¿morimos en paz? El reino entero se encamina a su destrucción, la sociedad busca lo suyo y cada uno busca su propio bienestar. ¿Para qué salvarlos s...