Día 8 del mes de Opalios
Cercanías de la Orden del Temple, San Desiré, Región de Slava
Una triste melodía despertó a Ark, el joven estrujó los parpados, se llevó una mano a la cara y adolorido, comenzó a sentarse.
— Al fin despierta, amo. — Bravo, sentado junto a él y con brazos cruzados, miraba con atención y desconfianza a quienes les habían salvado.
— Ya despertó — escuchó una voz fría.
El golpeado joven aguzó la mirada y enmudeció. Un joven, de ropas elegantes, quizá un noble, dejó de tocar la flauta. Tenía una mirada taciturna, casi indiferente. Junto a él, imitando a Bravo, un dragón de escamas negras y blancas, estaba sentado junto al noble.
— Ellos nos salvaron, aunque no sabría decir sus verdaderas intenciones — explicó Bravo.
— Con un gracias será suficiente — reprochó el dragón negro.
— No seas duro con ellos, Tremor, debieron pasar por mucho — el joven se colocó junto al dragón negro —. Saludos, mi nombre es Sebástian Necrorvis, pueden llamarme Necro. Él es Tremor, dragón de la obscuridad.
Ark y su dragón permanecieron en silencio.
— Aquí es cuando ustedes se presentan, si es que saben hablar — se burló Tremor.
Bravo y su amo, intercambiaron miradas.
— Soy Bravo, él es mi amo, su nombre es Ark — presentó el dragón azul señalando a su amo.
— ¿Qué te sucedió, dragón? — preguntó Sebástian mirando el cuerpo espiritual de Bravo — estás herido.
Ark miró a su dragón y bajo sus brazos, Bravo ocultaba una herida que le atravesaba el abdomen.
— ¿Cómo? — intentó comprender su amo.
— En la última pelea, un bandido le alcanzó con su espada. Mis escamas se dañaron al recibir el golpe. Cuando me separé de usted, mi forma espiritual conservó la herida — explicó Bravo.
— Eso es interesante — tomó la palabra Tremor —, pero ¿cómo es que permaneces en este plano a pesar de estar muerto?
— ¿Estoy muerto? — un escalofrío cruzó por el dragón del agua.
— Así parece — coincidió Necro con seriedad —. No tienes un cuerpo físico, no deberías estar en este plano a menos que alguien te haya llamado, tengas asuntos pendientes...
— O algo te haya maldecido — añadió Tremor.
— Parecen saber mucho al respecto — señaló Bravo, cauteloso.
— Tú sabes de tu elemento, yo se del mío — defendió Tremor.
— Quizá debamos hablar después — Necro cambió el tema —. Estábamos escapando de un tal Shatten — Bravo y Ark se estremecieron.
— Quiere nuestros corazones — Tremor se llevó una mano sobre su pecho escamado.
— Huimos de sus decretos y nos adentramos a este bosque cuando Tremor sintió su corazón resonar. No esperábamos encontrar a un dragón ni a su amo a punto de ser asesinados. Fue una gran suerte estar cerca — explicó Necro.
— Gran suerte sin duda — la desconfianza era evidente en Bravo.
— Hay una ciudad aquí cerca, necesitamos comer y descansar. No vaya a ser que nos quedemos sin energía a mitad de una batalla — Necro sonrió con algo de burla —. Por lo general procuramos viajar solos, pero como ustedes comprenderán, quizá lo mejor sea acompañarnos mientras hablamos de nuestro enemigo en común.
El dragón azul bajó la mirada, con su amo herido, agotado y hambriento serían blanco fácil para Shatten o sus decretos, además, el dragón negro y su amo eran su mejor opción en ese momento. De haber querido, los hubieran matado cuando tuvieron la oportunidad, tal como lo hicieron con los bandidos.
— Aceptamos su ayuda — aceptó Bravo.
— Vaya honor — exclamó Tremor.
ESTÁS LEYENDO
Erasus Drakone
FantasíaCuando obtenemos lo que más deseamos ¿crecemos? ¿cambiamos? ¿mejoramos? ¿nos volvemos avariciosos? ¿morimos en paz? El reino entero se encamina a su destrucción, la sociedad busca lo suyo y cada uno busca su propio bienestar. ¿Para qué salvarlos s...