3 • Un pequeño favor

10.4K 535 355
                                    

¿Mamá?—Dije mientras abría los ojos como platos.

—¿Quién habla?

—¿Te acuerdas de mí... mamá?—trato de sonar calmada, pero estar a ciento de kilómetros de tu familia no ayuda.

Hubo un silencio de por medio y volví a hablar para que me entendiera.

—Tu hija, (t/n). Sucedió algo, mamá... así que est-

Ella no dejó que terminara de hablar.

—¿(t/n)?—pude escuchar como voces al otro lado de la llamada se reían, era mi familia—. No conozco a nadie con ese nombre. Además, mi hija tiene otro nombre.

Agarré el teléfono con fuerza. Un pequeño dolor en el corazón empezaba a emerger.

Ella no me recordaba...

—¿No te acuerdas de mí?—mi voz sonaba apagada.

Pude ver de reojo como Spreen me daba una mirada de lástima y puso su mano en mi hombro.

Eso es... si le doy algunos nombres de mi familia, ¿me creerá?

—Conozco a la tía Pepita... ¡y también al tío Carlos! Podría seguir nombrándolos...

—...

No hubo respuesta de su parte.

Sabía que mi madre ella muy cuidadosa a la hora de hablar por teléfono. Ella está sospechando de mí ahora mismo.

—Soy tu hija, ¿no es eso obvio?

No por algo conozco sus nombres...

Tú eres...

Una voz me interrumpe del otro lado de la línea.

—¿Quién es, mamá?

—Nadie importante, amor.—escuché que le decía algunas cosas dulces antes de volver al teléfono.

¿Amor...? Nunca me dijo así...

—Joven, se ha confundido de número.

Tick... tick...

Tick... tick...

Me quedé mirando la pantalla donde decía "Llamada finalizada".

No quería llorar en ese momento, pero la sensación crecía en mi pecho.

Lo había perdido todo.

Absolutamente todo.

Mi Nintendo que me había costado mucho esfuerzo en conseguirla...

Escuché que el chico se aclaró la garganta para llamar mi atención.

—Ey, de seguro te habrás confundido de número—sacó algo de su bolsillo y me lo entrega—. No llores.

《No soy muy bueno consolando a las personas...》pensó Iván cuando vio las lágrimas en mi cara.

Me entregó un pañuelo que lo recibí aceptando agradecidamente. Estaba confundida hasta que me di cuenta que algunas lágrimas se había escapado de mis ojos.

Bueno... era de llorar en silencio.

Siempre.

—Lo siento... no deberías de verme en este estado.

—¿Porqué te disculpas?

Que vergüenza, (t/n)...

Llorando enfrente de él.

De casualidad | Spreen x túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora