39 • Sorpresas y gato

1.6K 109 7
                                    

—¿Carre?

Cuando llegué al piso de abajo, mis ojos presenciaron una escena que no se ve todos los días.

Por alguna razón, Rodrigo se encontraba sentado en el suelo. Se estaba agarrándo la pierna como si se hubiera golpeado esta misma, mientras que Iván estaba a un lado riéndose.

Lo más extraño era que, por otro lado, había un pequeño gato color negro cerca de él.

No sabía que era más extraño, que Carre estuviera ahí o el pequeño minino que apareció de la nada.

—Boludo, no te rías.

Iván tuvo que aguantarse la risa y le tiende una mano.

—Perdón, amigo—. Carre agarró su mano y le ayudó a levantarse con mucho cuidado—. No todos los días te caes por un gato.

Me quedé un rato parada en el pie de las escaleras procesando todo.

—¿Carre, te encuentras bien?—pregunté, acercándome a ellos—. ¿Y ese gato?

Señalo al pequeño felino que nos estaba mirando.

—Me caí porque ese...—entrecierra sus ojos mirando al gato—. Se cruzó por mi camino y como es tan pequeño no lo vi.

—Casi lo pisas.

—Casi, pero no lo pisé.

Un pequeño maullido llamó mi atención y dirijo mi atención hacia donde provenía.

—¿De quién es el gato?—me agacho para quedar a la misma altura que el pequeño minino.

Era tan chiquito que me causaba mucha ternura. No pude evitar acariciarlo.

—¡Es muy mono!—sonrío.

—Es la nueva gatita de Spreen—Carre se agacha junto a mi lado, copiando mis acciones.

¿Desde cuándo Iván tiene una gata?

No recuerdo de que él haya adoptado una. Según aquella línea temporal en la que me encontraba no había.

Solo lo había mencionado para un posible futuro, pero ¿cómo puede ser posible?

—Sí, recién hoy es su primer día acá—sonríe Iván—. Todavía no sé que nombre le voy poner.

—Espera—me pongo de pie y lo miro fijamente—. Nos vamos a ir a España. ¿Acaso piensas dejarla sola?

Él niega con la cabeza.

—Alguien va a venir a cuidarla hasta que regresemos.

Formo una pequeña o con mis labios.

Aún así me parece extraño todo esto. Podría haberla traído luego de que volvamos del viaje.

Decidí quedarme con la duda y miré hacia donde estaba el otro chico, que seguía acariciando al felino.

—Verdad, ¿porqué estás acá, Carre?

Él agarra al micho en sus brazos, poniéndose de pie.

—¿Iván no te contó?—lo mira sorprendido.

—Bueno...

—No te lo contó—sonríe, dándole mimos a la pequeña gata.

—¿Contarme qué cosa?

Estaba impacientándome por saber qué era lo que supuestamente me tendrían que contar.

La curiosidad mató al gato.

—Voy a ir con ustedes a España.

—¡¿Vas a venir con nosotros?!

No pude evitar sonreír ante la noticia y fui a abrazarlo por la emoción.

De casualidad | Spreen x túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora