De casualidad | Spreen x tú

7 • Starbucks

Yo la conocí en un taxi.

Y aquí estabamos, esperando a un taxi para ir a comer al Starbucks.

La verdad era muy fanática de comer y de la comida. El simple hecho de saborear la comida y que ese sabor se te quedara en tu boca...

Claro, si lo que comes es de tu agrado.

Podríamos ir caminando, ya que quedaba a solo unos minutos de acá, pero, ¿a quién no le gusta ir en taxi?

Spreen se encontraba a mi derecha, mirando la ventana del costado, viendo como la gente es protagonista de su propia historia.

—Che, (t/n).

—Mande—giré mi cabeza para verlo.

—¿Puedo saber más de vos?—ladea su cara hacia un costado— Ya sabes... tus gustos y esas cosas.

Levanté mis cejas al escuchar eso.

—Ya conoces mi nombre—pienso por un momento antes de asentir con una sonrisa—. Mi signo zodiacal es (t/s/z), por ende, mi cumpleaños es el (f/c). Me gusta jugar videojuegos, (t/h)... Ah, y mi color favorito es el (t/c/f).

—Eso es interesante—la comisura de sus labios se elevan al escucharme—. ¿También te gustas los jueguitos?

—Desde que tengo memoria.

Vi que se quedó mirando un punto fijo, parece estar pensando en algo.

—(t/n), ¿qué te parece si más tarde jugamos algo?

Espera, ¿qué?

Dios tiene sus favoritos.

Además, no tenía otra opción. No era que le iba a rechazar la invitación, solo que es muy repentino, pero no importa.

—¡Claro! Me encantaría.

***

—Llegó la hora de comer.

Elegimos una mesa cerca de una ventana al exterior, se podía ver la gente hacer su vida desde acá.

Increíble.

Ya con tener una imagen mental de esa bebida en específica me hace tener muchísima hambre.

Iván se sentó delante mío, y estaba disfrutando las vistas de la ventana, con una mano apoyada en su mentón.

La luz que iluminaba el lugar se reflejaba en él, haciendo que no quieras apartar tu mirada.

Aprovecha y tómale una foto.

¿Porqué no? En estos momentos estoy de acuerdo con mi consciencia.

Saqué mi teléfono fingiendo ver algo. Tenía que ser rápida en tomar la foto porque puede que cambie de posición o retire su mano.
Abrí la cámara y le di al botón.

Click.

Buena, te olvidaste de quitar el flash.

Mierda. No vi que el flash estaba activado.

Rápidamente oculté mi celular abajo de la mesa, esperando a que...

—¿Me acabas de tomar... una foto?—entrecerró sus ojos.

¡Piensa rápido, una excusa!

—Ah... ¡fue la linterna!—me reí un poco—. Estaba probando si funcionaba.

—A ver, mostrame tu galería—se puso de pie para sentarse a mi lado.

Este compa ya está muerto...