Evan
Una sensación desagradable se me queda en el pecho. Respiro, me paso las manos por el pelo más de una vez y entonces el pensamiento viene fugaz y se queda en mi mente.
Algo no se siente bien.
Me levanto del pórtico de mi casa y camino solo un poco para mirar la carretera.
Nada. No regresa.
Entonces, no sé cómo es que lo noto al instante… una puerta se abre y mi cuello reacciona y gira. Su padre sale de la casa con velocidad, con necesidad…
Llega a su auto, sin siquiera darse cuenta de que lo estoy observando, sus llaves tintinean cuando intenta abrirlo en medio de acciones que parecen desesperadas, cuando lo hace y sube, el motor del vehículo ruge casi con violencia.
Luego, todo pasa muy rápido.
Veo a su hermana… aunque no parece ella misma, tiene el semblante abatido y lleno de algo que reconozco muy bien: miedo.
Camino, no, más bien troto. No sé cómo me he acercado a ellos sin pensarlo, pero cuando ya estoy ahí y veo su rostro, algo malo escala hasta mi garganta.
—¿Qué pasa? —le pregunto a Lori impidiéndole el paso y mis manos se ponen en sus hombros porque necesito que me mire, necesito ver sus ojos.
Y en el momento que al fin lo hace, el terror me arrolla.
—Ella… ella estaba contigo, ¿No? —dice, confundida y aunque no es un reclamo, lo siento como uno.
El mal presentimiento en mi garganta me asfixia.
Ella…
—Lori...—le suplico con apenas un hilo de voz.
Y cuando su madre aparece con el rostro bañado en lágrimas, mis manos dejan de sujetar sus brazos para caer inertes. Me quedo quieto, me entumo, y de pronto ya parece que estoy en un lugar muy lejos… casi puedo volverla a ver huyendo de mí, pasa movimiento a mi alrededor, pero no lo distingo, no quiero hacerlo.
Algo pasó y fue por mí.
Solo por mí.
Escucho el sonido de una voz que me dice dónde se encuentra. Luego, cuando me doy cuenta, ya estoy de vuelta a mi casa en medio del letargo.
Todo pasa a segundo plano, incluso mi propia voz parece algo que no puedo descifrar.
La veo alejándose de mí una y otra vez en mi mente, llorando… me torturo internamente mientras parezco una estatua de camino al hospital.
Cuando al fin llegamos, ni siquiera me importa verme como un entrometido en el momento que la doctora habla con sus padres. Y cuando se marcha y me siento, veo a mi alrededor, solo eso basta para que la realidad de la situación me golpeé.
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Más Brillante
Teen FictionPara Hallie no es suficiente. Para Evan ya lo fue; y mientras ella quiere vivir, él se está muriendo. *** Hallie sabe muchas cosas; a qué universidad ir dentro de...