C u a t r o

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Evan

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Evan

Había conocido muchos tipos de sonrisas desde que enferme.

Estaban las de lástima, las cuales había podido reconocer en la cara de Aarón y Liam una que otra vez cuando solían visitarme…

Decidí que esas eran las que más odiaba.

Luego, estaban las raras, las que eran tan grandes y duraban muchísimo tiempo en la cara que resultaba ser extraño. También las tristes y las incómodas… 

Pero la sonrisa que me da ella… bueno, no había visto a alguien sonreírme así en bastante tiempo.

Es una expresión tan espontánea y sincera que es imposible que no se la devuelva.

Entonces, cuando la chica rubia deja de mirarme… por un momento me quedo sin saber qué hacer y cuando hago el camino al coche, que me llevará a mi terrible destino, me siento de manera diferente.

Solo que no sé si es bueno o malo.

Cuando por fin puedo salir de mi trance, disfruto de la música en el camino deseando que esté se alargue para no llegar jamás.

No es hasta qué mamá carraspea que le pongo atención.

—¿Sabes que encontré en la mañana? —me pregunta ella, con una sonrisa.

Niego lentamente con la cabeza. Sin ganas.

Entonces disminuye la velocidad y alarga uno de sus brazos hasta llegar al área de los asientos traseros.

La ayudo a qué el volante siga su rumbo.

Y luego de unos segundos, se acomoda y me la tiende en las piernas, mis manos solo tardan segundos en sostenerla.

—La busqué por horas cuando llegamos. —aclaro mientras examino la cámara.

Al verla intacta, le quito la tapa y me la cuelgo al cuello como siempre suelo hacerlo.

—Se coló a una caja en mi habitación. —añade y entonces me echa un vistazo, sus ojos clavados en mí y la cámara.

Me sonríe y yo le correspondo.

Me volteo hacia la ventana y cuando me parece el momento apropiado fotografío la imagen a mi lado: el cielo azul con la cantidad de nubes correctas y un tramo de la carretera a nuestro costado.

Cuando reviso la imagen en la cámara, me quedo satisfecho. Es sencilla, pero me gusta, tiene buena luz.

No sé en que momento fue que me empezó a gustar la fotografía, antes de la enfermedad solía tener una cámara común con la que hacía varias tomas.

Bueno, le tomaba foto a todo, a mis padres, mi casa, mi habitación, incluso llegué a hacer fotos tontas con Aaron… Liam nunca quería.

Es algo que no puedo ignorar. Me agrada como me siento cuando capturo momentos y lugares detrás de la cámara.

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