C u a r e n t a -Final-

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Hallie

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Hallie

Estoy sentada en el sofá con Lori a mi lado cuando mamá llega frente a nosotras con dos labiales en las manos.

—Muy bien ¿Rojo Borgoña o Mocca? —dice.

Mis ojos la recorren con cuidado, el vestido negro a la altura de las rodillas que le enmarca la silueta esbelta que aún pose, las ondas rubias que le han quedado perfectas.

—Borgoña.

—Borgoña —concuerda Lori.

Eso solo es suficiente para que se aleje, y en el momento que regresa a nuestro campo de visión ya tiene los labios entintados y el bolso en el brazo.

—¿Están seguras que estarán bien? —pregunta por décima vez desde que se empezó arreglar.

Solo asentimos. Aunque obviamente sé que eso no es suficiente.

—Hal, sabes que puedo quedarme. Le puedo decir a tu papá que podemos salir otro día y... —ni siquiera ha terminado de hablar y ya estoy negando.

No dejaré que su casi tradicional día de cita no se lleve acabo por mí.

—Estaré bien, mami. —respondo y me esfuerzo por sonreírle.

Me mira largos segundos. Luego solo asiente.

—Bien, ahí hay comida por si tienen hambre —avisa y besa la frente de mi hermana para luego besar la mía —se cuidan mucho, no sé desvelen —termina.

Y justo cuando esta dispuesta a marcharse vuelve a mirarnos.

—¿Seguras que Borgoña?

—¡Si! —respondemos Lori y yo al unísono.

Luego, se va.

Fijo la vista hacia el frente, la película, como es costumbre de mi hermana, es de terror. Pero, la verdad es que no  interesa, pues solo pongo los ojos en la pantalla sin prestarle necesariamente atención. No sé cuánto tiempo transcurre hasta que la escucho.

—No te has quejado.

—¿Qué? —pregunto y pestañeo un par de veces para sacarme de mi ensoñación.

—Que no te has quejado. Estamos viendo una película de terror y no has tapado tus ojos, ni has llorado, ni has estado rogando para que la quite —explica Lori, y puedo ver cómo ha usado sus dedos para enumerar cada cosa que ha dicho.

—Yo no lloro.

—Si, si lo haces... —ella hizo una pausa —¿No te toca algún medicamento o algo así? ¿Verdad?

—No.

—¿Te duele algo o...?

—Nada, estoy bien. —respondo ya con un poco de fastidio impregnado en la voz.

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