T r e i n t a y o c h o

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Hallie

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Hallie

La luz se siente pesada e insoportable cuando entreabro los ojos. Así que los cierro de nuevo. La frente se me arruga. Me duele la cabeza y cuando me remuevo sobre la cama todo el cuerpo me lanza puntos de dolor…

Levanto los párpados otra vez.

El auto.

—Tranquila, tranquila —susurra la voz de mamá, aunque aún ni siquiera he podido enfocarla bien.

—…Mamá, yo… el carro —balbuceo y entre pestañeos pesados de pronto todo se hace más claro, la veo mejor, pero ni siquiera se asemeja a ella. Parece que se ha apagado por la preocupación, pero aún así me mira con los ojos, que están cansados llenos de dulzura y alivio. Se limpia las repentinas lágrimas con los dedos de una manera que me forma nudos en la garganta—...No mamá, por favor…—le digo muy apenas sintiendo la voz amortiguada y rara.

Sacude la cabeza con velocidad.

—Ya —me dice suavemente, con sus ojos verdes pendientes de los míos —Hola, Hal.

—Hola, mamá —contesto y cuando miro alrededor y asimilo todo con detalle no puedo evitar no preguntar — ¿Por qué… ?

—Solo es el hospital, es para asegurarnos que estás bien —dice.—¿Recuerdas el choque, verdad? —pregunta y casi puedo palmar la preocupación con la que lo ha dicho.

Cuando asiento, toma mi rostro entre sus manos tibias, me acaricia. Y en cierto momento, cuando sus dedos rozan mi frente me estremezco de dolor. Y en el momento que  llevo la mano hacia ese punto de pronto solo me detengo.

Los ojos se me abren cuando veo la aguja en una de las venas de mi mano, la cuál está toda hinchada.

Mamá suelta una risita entre dientes para luego poner mi extremidad de nuevo sobre el colchón.

—Esta bien. Solo no la muevas ¿De acuerdo?

—...De acuerdo —contesto, tratando de olvidar que tengo algo clavado en el dorso de la mano.

Ella sonrió antes de incorporarse de la cama.

—Ire por la doctora y veré si tu hermana puede entrar, me dijo que le avisara en cuanto despertarás. —Termina.

Se marcha y el tiempo que me quedo sola en la habitación no es mucho, pues llega acompañada de la doctora. Sin embargo, mamá guarda su distancia. Y cuando la mujer se acerca le distingo las líneas de expresión muy marcadas en el rostro. Tiene el cabello negro en una coleta baja.

—Bien, ¿Cómo te sientes? ¿Tienes alguna molestia o…?

—Me duele la cabeza y el… costado izquierdo del cuerpo, pero no es mucho.

—¿Es soportable?

—Sí, creo que sí… aunque me siento muy cansada.

Asiente vagamente con la cabeza.

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