S i e t e

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Evan

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Evan

Cuando bajo las escaleras un aroma a… panque de nuez invade mi nariz.

Siento mis comisuras subir levemente.

A mamá le encanta hacer ese tipo de cosas. Solía preparar cualquier tipo de postre cuando papá y yo teníamos un mal día, todo con la intención de que nos levantara el ánimo.

Ahora los hace solo para mí casi todos los días.

Cuando llego al pie de la mesa confirmo de donde viene el olor que me recibió al principio, también hay huevos revueltos junto al tocino y por supuesto el jugo de naranja ya viene en las manos de mamá.

Me acaricia el cabello y besa mi mejilla cuando tomo asiento, cuando ella también lo hace sus ojos me miran como si compartiéramos un secreto,  sus labios me dan el indicio de que reprime una sonrisa.

Siento que una arruga se forma en mi frente.

—Buenos días —el tono de su voz es alegre y cantarina.

Me le quedo mirando.

—Buenos días... ¿Por qué tan feliz? —pregunto.

Ella se encoge de hombros y yo no puedo evitar mirarla con algo de precaución, hay silencio solo unos minutos.

—Ayer dijiste que tardarías solo media hora —dice, pero no me mira, sus ojos están en el plato.

—Esa es la misión, ¿no? —me excuso, pero me veo en la necesidad de agregar algo más. —No me percate del tiempo —contesto simple.

—Sí… por supuesto. —algo en la sonrisa que me da hace que mi cara se caliente.

Bajo la mirada viendo con detalle la comida sobre mi plato, no puedo evitar pensar si esto me hará vomitar después.

—La niña de al lado, es muy linda… —agrega mamá de la nada.

Y me tenso.

Levanto la mirada lento hacia ella y mis ojos se vuelven rendijas, enseguida subo y bajo mis hombros. Mientras, me abstengo las ganas de decirle que de hecho no tiene que recordarme lo obvio, que soy consciente de que Hallie es muy bonita y más cuando ayer pude examinar su rostro como un acosador.

—Creo que sí —es lo único que se me ocurre.

Entonces mamá, ahora si me da esa sonrisa suya que es enorme y no se puede ocultar. Esa sonrisa que me dice que ella por supuesto sabe más de lo que en realidad digo.

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