Kalinda:

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La reacción de todos anoche fue algo épico. De haber tenido la cámara a mano hubiese filmado el momento y subido a YouTube. Casi se sintió como si les hubiese dicho que estaba embarazada. Sus rostros lo decían todo. Luego de la noticia se quedaron unos minutos más y después Irene decidió que era tarde por lo que debían irse a casa. Me despedí de cada uno en la puerta, aunque evité un poco a Declan, y posteriormente aseguré todo para ir a dormir tranquila.

Mis padres deberían estar llegando por la tarde. A eso de las cinco y media, tal vez. Mi mamá ha llamado temprano, casi sacándome del sueño, e hizo las típicas preguntas. Estuve unos minutos hablando con ella y tuve que inventar una excusa para así cortar la llamada ya que no podía mantener los ojos abiertos del cansancio. Al final los vería a todos más tarde así que... a dormir.

Estaba tomando un desayuno-almuerzo cuando el timbre suena. Con toda la paciencia del mundo me dispuse a ir. Apenas toqué el pomo de la puerta el ruido cesó. Mantuve la postura, como el silencio, y esperé unos segundos. Si no llamaban de nuevo entonces no atendería. La verdad es que abrir la puerta para atender a alguien no es algo que me guste hacer.
Un solo golpe resuena por la casa. Salto en mi lugar y con el corazón en la mano abro la puerta. Tal vez debí ignorarla.
- ¿Declan? -suelto una maldición cuando entra chocando con fuerza mi hombro. No dice nada y de inmediato cierra la puerta. ¿Por qué tengo el presentimiento de que este chico está en problemas?
- ¿Estás sola? -pregunta mientras revisa su brazo derecho. Lo observo en silencio mientras que por mi cabeza miles de escenas posibles y nada agradables se hacen presentes. Este muchacho en verdad irradia un aura oscura... No lo quiero cerca- ¿Niña? -da dos golpes en mi frente, suaves, pero pronunciados.
- ¿Por qué me dices así? -no puedo evitar la curiosidad. Retrocedo tanto como puedo cuando trata de acercarse; él sonríe.
Antes de que diga algo le indico la dirección del baño; su brazo sangra. Cuando lo veo desaparecer por el pasillo corro escaleras arriba en busca de mi celular; tengo miedo.
Nos encontramos en la sala. Él sostiene el botiquín de primeros auxilios en una mano y la otra hace presión en la herida. - ¿Necesitas ayuda? -inquiero dudosa. Declan niega y se sienta en el sillón. Deja el botiquín en la mesa del centro y lo abre buscando aquello que le hace falta para curarse. Brota una moderada cantidad de sangre de la herida. Jamás había visto algo así, pienso que necesita un médico pero no me atrevo a decírselo y al parecer él sabe lo que hace. No debe ser la primera vez.
- ¿Quieres ayudar? -no me mira a mí, sino que se concentra en su brazo- Haz presión aquí. -señala el pañuelo que debe estar reteniendo la sangre.
Sin decir palabra hago lo que me dice y tomo asiento a su lado. Evito tocarlo más de lo necesario. Hasta este momento no le había prestado atención a sus tatuajes.
- Uh, mariposa. -es un pequeño tatuaje y se encuentra detrás de su oreja derecha. Pensé en tocarlo por un instante pero...
- ¿Qué sucede? -pregunta, a lo que yo brinco en mi sitio y al parecer presiono más de lo debido ya que se queja. Rápidamente vuelvo a concentrarme y me disculpo. Es de esperarse que no le agrade luego de esto.

La chica común y el boxeador imponente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora