Estoy harto de esto. De nada me servirá venir a clases si el Director ha decidido que repruebo este año. Es lógico ya que me he metido en problemas y evitado la escuela estos últimos seis meses. Admito que soy un desastre, pero aun no sé como diablos darle un giro a mi vida.
- ¿Cuándo planeas salir de aquí? -a mi derecha, Brais se estira y revuelve mi cabello con su mano- Ya estas viejo, amigo.
- Tú también. -resguardo un bostezo. ¡Maldición! Y aún faltan dos horas.
- Yo estoy bien. -se defiende alzando ambas manos- Tú deberías estar haciendo, mínimo, tu segundo año de Ingeniería. -reprocha como... mi hermana.
- Déjalo, Brais. -interfiere Enzo porque sabe que la paciencia me dura poco- Tiene la cabeza en otro lado. -se recuesta en la silla observando al frente, no al profesor, sino a Queen, una compañera que lo trae loco.
- ¿En qué has estado estas últimas semanas? No peleaste el otro día. -exclama acercándose Brais- ¿Hay una chica? -bromea.
- Claro. -ironiza Enzo dedicándonos una rápida mirada- Como si Declan tuviera tiempo para cursilerias. -se sienta apropiadamente ya que el profesor lo regaña, todos voltean a verlo.
- Tú tampoco lo tienes y mírate, una chica te roba los suspiros. -murmura por lo bajo Brais, ganándose así un golpe de Enzo.
- Cierren ambos la boca. -digo tratando de prestar atención.Ella bajó ni bien me detuve pero regresó. Se acercó a mi rostro besando apenas mi mejilla. El contacto de sus labios con ésta produció un aumento en la temperatura de mi cuerpo. Aún no me explico bien que habrá sucedido, sin embargo, jamás sentí algo así.
- ¿Declan? -su rodilla golpea la mía pero lo ignoro.
Me hubiese gustado ese beso en otro sitio... Que nuestros labios se encontraran nuevamente.
- ¡Declan! ¿Quiere salir al pasillo para pensar todo lo que quiera? -exclama frustrado el viejo de Derecho.
- Seguro. -me levanto pateando la silla- ¿Tengo derecho a una llamada? -bromeo.
Todo los presentes ríen, a excepción de él.
Señala la puerta y seguro reza para que no vuelva a molestarlo.Mis pensamientos se han distorsionado mucho con la llegada de Kalinda. Esa muchacha... no sé si lo que pienso con respecto a ella es correcto. Bueno, yo ya no conozco esa palabra.
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La chica común y el boxeador imponente.
RomantizmElla tiene dieciséis años. Él tiene veinte. Ella jamás se ha metido en problemas. Él vive para eso. Ella se asusta con mucha facilidad. Él piensa que eso es patético. Ella no quiere enamorarse. Él desconoce ese sentimiento. Kalinda necesita a...