La chica común y el boxeador imponente.

Kalinda:

¿Describir la pelea en una palabra? Horrible.
Declan tenía mucha ira acumulada y no dudó en dejarla salir. Desde el primer instante cedió golpes simultáneamente por todo el cuerpo de David. Fue una locura verlo, tanta violencia siendo presenciada. En mi corta vida había visto algo como eso, apenas en la televisión pero suelo cambiar de canal.
Tanto Irene como yo teníamos los ojos abiertos a más no poder. Si bien yo estuve antes en una pelea de Declan, en esa ocasión observé parcialmente lo que ocurría. Estaba asustada y no quería estar aquí.

- Vamonos. -miro confundida a Irene- Ahora, Kalinda.

- ¿No lo enfrentarás? -eso suponía.

- No. Quiero irme. -baja la mirada- ¿Lo quieres?

- ¿Quererlo? -ella tira de mi brazo hacia la salida- ¿Te refieres a Declan?

- Sí. -se detiene unos segundos y vuelve a andar- ¿Todavía lo quieres?

- ¿Por qué lo preguntas de repente? -quiero saber.

- ¡Porque has visto lo que a hecho! -esta indignada.

- Yo... -ay... Irene- Yo si lo quiero. -murmuro culpable. ¿Acaso esta mal?

- ¿A pesar de todo?

Abrimos las pesadas puertas del cobertizo y salimos a la intemperie. Supongo que ahora si querrá tomar un taxi, ¿no? Espero que si. La noche es abrumante y el cielo presagia una tormenta.

- No estoy orgullosa de lo que hizo. -aclaro- Pero si lo quiero, Irene.

- Lo siento. -busca en su bolso- Te hice sentir mal con mi pregunta. -saca su celular y marca un número.

- Un poco. -confieso observando a mi alrededor- ¿A quién llamas?

Ella no contesta. Se aleja para hablar, o discutir, con alguien. Sino es su hermano es Cedric, en realidad no imagino que conozca a otras personas. Tiene menos vida social que yo, lo cual me sorprende muchísimo.

- Cedric y la... -insulto censurado- Adiós.

Incómodo. Irene se encuentra enojada y temo hablarle ya que puede ser igual que Declan cuando está molesto.

- ¿Caminamos? -pregunto tímida.

- Por favor. -suspira cansada- Necesito despejar mi mente.

Adopto el silencio como la mejor respuesta. El seguir conversaciones no es lo mío. Y, sin duda, ella no está de ánimo para continuar una.