Todos se sorprendieron al verme llegar. Muchos de los chicos me saludaron y se alegraron de que estuviera esta noche. A pesar de todo, es aquí a dónde pertenezco. Es difícil, casi imposible, expresarlo abiertamente pero este es mi lugar. Lo ha sido desde hace años, una fortaleza, un sitio de contención. Es donde puedo ser yo mismo sin obtener la mirada de desaprobación de mi hermana o quien fuera ajeno a este mundo.
Cedric me ha acompañado hoy, aunque le he pedido que se quede con Irene no escuchó y esta a mi lado, como siempre. Es un terco cabeza hueca al cual su novia despellejara si pisa nuestra casa. A estas alturas deduzco que ella sabe que estamos aquí. El sexto sentido de mi hermana funciona a la perfección para estas situaciones.
Lamento haberle mentido a Kalinda pero decirle la verdad solo haría que se preocupara. Luego del encuentro con David la atmósfera entre nosotros se sintió tensa, casi estoy seguro que ella sabía lo que yo haría a continuación.- ¡Declan, que gusto! -hablando del idiota- ¿Me desearás suerte?
Aparece ante mí con su equipo. Éstos parecen no separarse de él a menos que sea necesario. Me pregunto si lo dejarán ir al baño solo.
- ¿Por qué no? -sonrío hipócrita- La necesitarás cuando estemos en el cuadrilátero.
- ¿Tú? -la expresión alegre en su rostro se ha esfumado- ¿Desde cuando peleas?
- Desde siempre. -me acerco a él- Suerte.
Sus compinches lo apartan y se lo llevan. Están discutiendo las maniobras que utilizarán. No me preocupa esta pelea. Las veces que me he enfrentado con él, he ganado en todas. Y a menos que haya mejorado desde la ultima vez, lo cual escuché no es así, no hay por lo cual hacerse la cabeza. Esto es pan comido.
- Así que peleas con David.
Enzo y Brais aparecen en mi campo de visión, saludo a ambos y me dirijo al primero.
- ¿Tú no tenias una cita? -pregunto yendo hasta Cedric.
- La canceló. -murmura.
- ¿Ella? -Brais no puede contener la risa- ¿Qué hiciste?
- Descubrió que frecuento estos lugares. -se encoge de hombros.
- ¿Te dejó? -imposible no estar impresionado.
- No, pero dijo que pensaría acerca de su relación. -contesta Brais codeando a Enzo.
- Ella es quien decide. -le resta importancia.
- ¿Estás bien con eso?
Nos miramos entre los tres y nos damos cuenta de lo que hablamos. Este no es el momento ni el lugar para comentar esta clase de cosas. Ni siquiera se porqué continuamos con el tema.
Ninguno acostumbra a hablar de su vida personal demasiado, menos aún de la amorosa. Y preguntar lo que siente el otro... así no somos nosotros. No digo que no podamos hacerlo pero resulta extraño.¿Describir la pelea en una palabra? Fácil.
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La chica común y el boxeador imponente.
RomanceElla tiene dieciséis años. Él tiene veinte. Ella jamás se ha metido en problemas. Él vive para eso. Ella se asusta con mucha facilidad. Él piensa que eso es patético. Ella no quiere enamorarse. Él desconoce ese sentimiento. Kalinda necesita a...